Un indicador más dinámico
El IPC publicado ayer contiene las novedades metodológicas de la primera de las fases de que consta el cambio de Sistema de este indicador. Los cambios introducidos se refieren a la actualización de la estructura de ponderaciones, la publicación de nuevos grupos y la modificación del tratamiento metodológico que reciben algunos productos de la cesta de la compra.
Tradicionalmente, el INE utiliza para la obtención de las ponderaciones del IPC la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), que, hasta la fecha, se realizaba cada ocho o nueve años. Sin embargo, desde 1997 el INE modificó su metodología y a partir de entonces se realiza una nueva, que permite obtener la información trimestralmente. Se trata de la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares (ECPF), que constituye el elemento básico para la construcción del nuevo IPC, permitiendo una adaptación continua a los cambios en las tendencias de los consumidores.
El año base del actual IPC es 1992, para el que se utilizaron las ponderaciones de la EPF de 1990-1991; desde entonces, los hogares españoles han cambiado sus pautas de consumo, ya sea porque hayan cambiado sus preferencias a la hora de consumir, o bien porque hayan aparecido nuevos artículos en el mercado o, incluso, alguno de los que antes se compraban ahora hayan sido sustituidos por otros.
En cualquier caso, ha tenido lugar un cambio en los hábitos de consumo que hace necesario que tanto la cesta de la compra seleccionada para calcular el IPC como la estructura de ponderaciones que permanecen fijas desde 1992, se revisen y se adapten a ello. Las operaciones encaminadas a cumplir con este objetivo es lo que se denomina un cambio de base, que en la actualidad el INE está llevando a cabo. También se revisan todos aquellos aspectos que conforman la estructura general del indicador. Así, se revisa la muestra de municipios y establecimientos donde se recogerán los precios, y se revisa todo el mecanismo de cálculo.
El nuevo sistema entrará en vigor en enero de 2002, y tendrá como año base 2001; las características que lo hacen especial frente a los anteriores es su adaptación constante a las tendencias del mercado, ya que anualmente se revisarán las ponderaciones para los grandes grupos que lo componen así como las de aquellos artículos que hayan variado de forma significativa (por ejemplo, artículos relacionados con las nuevas tecnologías, telecomunicaciones e informática). Además, la cesta de la compra no permanecerá fija, sino que irá incluyendo productos nuevos.
Si a lo anterior le añadimos una mayor frecuencia en la realización de los sucesivos cambios de base (cada cinco años en lugar de cada ocho o nueve, como hasta ahora) podemos hablar de un IPC más dinámico, lo que redundará en una mejor adaptación a la realidad cambiante y, por tanto, una mejor representación de la misma. Todo ello hace que se pueda hablar, en esta ocasión de un cambio de sistema, a diferencia de los cambios de base realizados hasta ahora.
El cambio de sistema se ha estructurado en dos fases, la primera de las cuales ha entrado en vigor con el índice de enero de 2001. En ella, se implantaron tres novedades metodológicas que anticipan lo que será el indicador con el nuevo sistema; en primer lugar, el IPC se ha adaptado a la nueva clasificación internacional de consumo denominada COICOP (siglas en inglés de Clasificación de los Consumos Individuales por Funciones de Gasto) para los grandes grupos: así los ocho grupos en los que se estructuraba este indicador pasan a ser 12. Aunque esto es sólo una cuestión de cómo se presente la información; sin embargo, es imprescindible para el segundo aspecto a implantar, a saber, la actualización de las ponderaciones.
En esta primera fase, se han actualizado las ponderaciones para los 12 grandes grupos, así como las de aquellas parcelas que más han evolucionado desde el último cambio de base. Debido a que la información relativa a las ponderaciones proviene de la ECPF y esta encuesta sigue la clasificación COICOP, era imprescindible que el IPC así lo hiciera.
Por último, se ha introducido una tercera novedad que consiste en modificar la forma de cálculo de los índices de los artículos denominados de recogida centralizada. Se trata de artículos que contienen distintas tarifas que representan distintas variedades del mismo producto, y por ello precisan una forma de cálculo que represente a todas ellas; además, en la mayoría de los casos, estas tarifas son únicas para el conjunto del Estado (transporte por ferrocarril, las gasolinas, el servicio telefónico o los tabacos). Este cálculo se realiza en los Servicios Centrales del INE. El cambio radica en la forma de medir la importancia que tiene cada variedad seleccionada para el cálculo del precio del artículo. En el IPC (base 1992), ésta se medía según el número de unidades consumidas de cada variedad; a partir del nuevo índice, se medirá según el gasto realizado en cada una de ellas.
El próximo año se incluirán el resto de cambios entre los que destacan la ampliación de la cesta de la compra, el aumento del número de establecimientos informantes, el incremento del número de precios utilizados en su cálculo y nuevos tratamientos metodológicos como la nueva fórmula o la inclusión de las ofertas y rebajas. Todo ello, hará del IPC un indicador que responderá de forma inmediata a las tendencias cambiantes de la economía, y que, además, mantendrá actualizada su metodología de forma que se adapte continuamente a las de los países más desarrollados.
Ignacio González Veiga es subdirector general de Estadísticas de Precios del INE.
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