Aznar y Mubarak intentan impulsar el proceso de paz en Oriente Próximo

Mubarak, como principal motor de las negociaciones de paz en estos momentos en los que la presidencia estadounidense permanece enfrascada en su propia transición, es firme partidario de que el diálogo se reanude a partir de los acuerdos alcanzados durante la última semana de enero por israelíes y palestinos en la localidad egipcia de Taba. Los jefes de las dos delegaciones, el ministro israelí de Exteriores, Shlomo Ben Ami, y el presidente del Parlamento palestino, Ahmed Qurei, afirmaron entonces que la paz nunca había estado tan al alcance de la mano. Pero Ariel Sharon ha reiterado tras su elección que rechaza de plano los acuerdos de Taba, sobre todo por lo que se refiere a la posible división de Jerusalén.

Aznar recibió hace una semana una petición del líder palestino Yasir Arafat para que España adopte un papel más activo en las negociaciones de paz y es también firme partidario de que el proceso de paz se reanude cuanto antes y sin posible vuelta atrás de lo negociado en Taba. En su reunión de hoy Aznar y Arafat tratarán el tema -Aznar ha adelantado su llegada hoy a El Cairo en una hora para entrevistarse con el líder palestino-, y ése será, pues, el sentido del llamamiento que Aznar y Mubarak harán tra su reunión de mañana.

Antes, hoy por la tarde, Aznar presidirá la clausura de la reunión que todos los embajadores acreditados en Oriente Próximo celebrarán en El Cairo bajo la dirección de el secretario de Estado de Exteriores, Miquel Nadal. La reunión servirá para repasar las visiones del proceso de paz en los distintos países de la zona, y tomará parte en ella el embajador español y enviado especial de la UE para Oriente Próximo, Miguel Ángel Moratinos, que ya ha declarado que la comunidad internacional debe presionar a Sharon para que acepte el marco de Taba.

Aznar, que esta noche cenará con el primer ministro egipcio, Mohamed Ebeid, abordará también con Mubarak el estado de las relaciones entre Egipto y España.

Esta visita se produce precisamente en respuesta a una invitación cursada por el presidente egipcio durante su estancia en Madrid en mayo de 2000 con la intención explícita de dar continuidad a la promoción de unas relaciones lastradas por las pegas que España puso a las exportaciones agrícolas egipcias durante la negociación del Acuerdo de Asociación de Egipto con la UE, y que no están a la altura de un país que, por su PIB, es el tercero de la zona, tras Arabia Saudí e Israel.

El tráfico global comercial hispano-egipcio, sumadas exportaciones e importaciones, no llega a los 100.000 millones de pesetas, y es mucho más modesto que el alcanzado con Argelia e incluso con Marruecos. Las inversiones españolas en Egipto son insignificantes, si se exceptúa la realizada por Repsol en 1996 en una refinería. Unión Fenosa tiene ahora un importante proyecto para dos plantas de gas, por un valor cercano a los 300.000 millones de pesetas. Aznar se reunirá en El Cairo con cerca de 100 empresarios españoles relacionados con una cincuentena de firmas que viajarán a la capital egipcia en busca de oportunidades.

El presidente dedicará una atención especial a pedir el traslado a España del preso gallego José Juan González Beltrán, condenado a cadena perpetua por tráfico de heroína y enfermo de hepatitis C.

Manuel Fraga ha hecho público en los prolegómenos de su campaña electoral su gran interés por este caso, pero las esperanzas de éxito son pocas. Las autoridades egipcias alegan que tienen muchos europeos presos por narcotráfico, y que el traslado de uno de ellos supondría un precedente problemático.

Este viaje Egipto es el segundo de los tres que Aznar tiene previsto realizar durante este primer trimestre de 2001, en el que su agenda extranjera se ha ido reduciendo a ojos vista a medida que los problemas políticos internos aumentaban. Los otros dos viajes son el recientemente realizado a Portugal y el que hará a finales de marzo a Estocolmo para participar en el Consejo de la UE.

No ha habido en este tiempo cancelaciones sonadas, pero sí proyectos de visitas, como una a finales de este mes a México y San Juan de Puerto Rico y otra posible a Canadá, que estuvieron casi cerradas y desaparecieron de la agenda. El viaje a Asia que el presidente suspendió por el fallecimiento de su padre tampoco es previsible que se realice en fechas próximas.

En Moncloa se niega que esta reducción de los viajes al extranjero del presidente del Gobierno, muy marcada si se comparan con los del último trimestre de 2000, tenga que ver con el estallidos de problemas como las vacas locas, el rechazo por la Audiencia Nacional del bloqueo de los sueldos de los funcionarios o la proximidad de las elecciones gallegas y vascas..