Pastrana y el jefe guerrillero Tirofijo deciden reanudar el proceso de paz en Colombia
'El proceso de paz ha revivido', celebró el presidente visiblemente satisfecho. Pastrana y Tirofijo, acompañados por sus más estrechos colaboradores, intercambiaron apretones de manos, sonrisas y confidencias durante la lectura de un comunicado conjunto de 13 acuerdos que evita una nueva escalada bélica en el cruento conflicto padecido por este país desde hace cuatro decenios. Colombianos de todos los sectores y observadores de los países que desde hace años colaboran en la solución política de la crisis nacional fueron invitados a sumarse a los esfuerzos por la reconciliación nacional. El presidente renovó su compromiso de combatir a los grupos paramilitares, punto álgido de las negociaciones. Las FARC habían suspendido el diálogo en noviembre acusando al Ejecutivo de no luchar decididamente contra esos escuadrones de extrema derecha.
La cumbre de Villa Nueva Colombia, probablemente el mayor esfuerzo negociador desde hace tres años, terminó con cesiones de ambas partes y duró diez horas entre la mañana del jueves y las tres de la tarde (hora local) del viernes. El comisionado de la paz, Camilo Gómez, nombrado por el Gobierno, y el comandante Alfonso Cano leyeron el mismo comunicado, y el presidente y Tirofijo respondieron a varias preguntas de los periodistas en un salón de sesiones de la selvática Villa Nueva Colombia, un enclave situado en el municipio de Los Pozos, en la zona de 42.000 kilómetros cuadrados entregada por el ejecutivo a las FARC en noviembre de 1998 para facilitar un proceso de paz todavía en pañales. 'Muy importante, muy bueno, muy importante para todos', declaró Marulanda al resumir el encuentro.
Justicia social
Gobierno y FARC subrayaron su compromiso con la búsqueda de una solución 'por la vía del diálogo y la negociación en procura de construir una Colombia en desarrollo y con plena justicia social'. El punto sobre el paramilitarismo quedó redactado de esta forma: 'El Gobierno y las FARC-EP (Ejército del Pueblo) coinciden en la importancia de avanzar sobre los mecanismos para acabar el paramilitarismo y disminuir la intensidad del conflicto'. Al efecto, la llamada Mesa de Diálogo y Negociación creará una comisión de notables colombianos que formulen recomendaciones en esas dos direcciones.
La mesa retomará el 14 de febrero los temas sustantivos de la agenda bilateral, desde los secuestros hasta los ataques a la población civil, y entrará a discutir el cese del fuego y de las hostilidades. No es previsible a corto plazo, sin embargo, una tregua. 'Se agilizará la concreción del acuerdo humanitario que permite la próxima liberación de soldados, policías y guerrilleros enfermos', agregó el documento. Cerca de 500 soldados y policías permanecen en prisiones guerrilleras, y un número indeterminado de guerrilleros, probablemente una cifra similar, continúan en presidios del Estado.
Para impedir que el proceso quede trabado de nuevo por los imponderables propios de unas negociaciones complejas y con varios frentes, la mesa nacional de diálogo creará en su seno, a más tardar el 15 de febrero, una comisión encargada de estudiar los hechos que afecten la marcha del proceso. Otra comisión vigilará periódicamente los 42.000 kilómetros bajo control guerrillero a fin de que se cumplan fielmente los objetivos marcados en 1998: ser el escenario de las negociaciones de paz y garantizar la seguridad de las FARC.
El Gobierno y la guerrilla, con cerca de 16.000 hombres en armas, invitaron para el próximo 8 de marzo a 'un grupo de países amigos y organismos internacionales para informarlos sobre el estado y la evolución del proceso e incentivar sus colaboraciones'. Las FARC, según el comunicado, no se oponen a los proyectos de erradicación 'manual' y de sustitución de los cultivos ilícitos, fundamentalmente de la hoja de coca (materia prima de la cocaína), pero piden que se pacten con los cultivadores. El polémico Plan Colombia establece la masiva fumigación aérea de esos sembrados. La mesa de negociación, por otra parte, podrá ser ampliada de común acuerdo, probablemente con la incorporación de nuevos representantes de la sociedad colombiana, y mantendrá reuniones tres veces por semana.
El Gobierno de Pastrana anunció anoche (madrugada en España) la nueva prórroga de ocho meses de la zona desmilitarizada. El pasado 7 de diciembre había terminado el primer plazo, que quedó ampliado hasta el pasado 31 de enero. Las FARC mantuvieron su negativa a volver a la mesa de negociaciones y, tras un cruce de cartas entre el gobernante y Tirofijo, los dos dirigentes coincidieron en la necesidad de un encuentro mano a mano para relanzar un proceso que cobra vida y esperanzas.
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