Al borde del abismo

Los esquemas se rompieron. La eliminatoria de la Copa Davis entre Holanda y España puede concluir de cualquier manera. Pero ha empezado al revés de lo que esperaba el G-3. Las derrotas de Juan Carlos Ferrero (13º mundial) frente al debutante Raemon Sluiter (107º), que entró en su equipo de rebote, y de Carlos Moyà (26º) ante Sjeng Schalken (29º) no entraban en los análisis de Jordi Arrese, capitán en esta ronda; Josep Perlas y Juan Bautista Avendaño. Pero fue lo que ocurrió. Ferrero perdió en cinco sets y Moyà en tres. Los dos pusieron hiel en la primera defensa del título.

La eliminatoria ha quedado casi sentenciada. A Holanda le falta un punto. De golpe, todo ha dado un vuelco espectacular. El doble se convierte ahora en la única tabla de salvación española y eso no resulta alentador. Pero, además, la estadística arroja un dato abrumador: España ha perdido por 2-0 en 24 eliminatorias y no ha remontado ni una. Todo el optimismo se ha fundido. Y eso quedó también patente en el banquillo, que no daba crédito a lo que veía. 'La eliminatoria está muy complicada. Pero quedan tres partidos. Podemos remontar', proclama, sin embargo, Arrese.

¿Y Corretja?

Fue una jornada para la reflexión. ¿Por qué se reserva tanto a Àlex Corretja y se le relega al doble o al domingo? Era el número uno en la final que España ganó a Australia en diciembre y sigue siéndolo ahora (8º mundial). Pero hoy jugará su segundo partido en las últimas dos eliminatorias. La estrategia del G-4 funcionó en Barcelona porque se jugó en tierra batida y en ella las distancias entre los mejores españoles es mínima. Pero el G-3 tal vez no valoró suficientemente lo que podía aportar Corretja en una pista rápida cubierta por el hecho de que aún no había entrado en competición esta temporada.

No obstante, basta echar una ojeada a las estadísticas para saber que los dos mejores en pistas interiores son Corretja y Moyà. No sólo porque ambos disputaron la final del Masters de 1998, en Hannover, y la de Toulouse a finales de 2000, sino porque Corretja es el único español que ha ganado tres títulos en indoor: el Masters, Lyón y Toulouse. Entonces, ¿cuál es el motivo? ¿Por qué se quedó fuera de los primeros individuales? 'Si elegimos a Ferrero y Moyà fue porque creímos que eran los mejores', se reafirmó Arrese; 'creo que hemos hecho las cosas bien. Nos hemos preparado y los nuestros han jugado bien. Pero Sluiter y Schalken lo han hecho mejor. Àlex está bien, pero no a tope. Yo no cambiaría ninguna decisión'.

Moyà perdió este año en la primera ronda de Sydney y luego encandiló en el Open de Australia, en el que llegó a los cuartos de final tras derrotar a Ríos, Rosset, Hewitt y Schuettler. Ferrero ganó a Sampras en una exhibición en Melbourne, pero perdió en la segunda ronda del Open, es decir que llevaba dos partidos de competición. Y Corretja, mientras tanto, estuvo realizando un intenso trabajo físico en Sierra Nevada. Así que los tres llegaron fuertes física y mentalmente a Eindhoven. Pero los mecanismos de la pista rápida no se adquieren en dos semanas de entrenamiento.

Ilusión hecha rabia

Y eso fue lo que acabó pagando Ferrero, que sufrió su primera derrota -llevaba un 5-0- ante Sluiter, el rival más fácil. 'Hoy he conocido la otra cara de la Davis', admitió, 'pero he realizado un buen partido. He sacado y restado bien y demostrado que puedo dar un buen rendimiento en estas pistas'. El saque le permitió ganar 16 puntos directos -Sluiter, 22-. Pero también le condenó, pues cometió 14 dobles faltas. Y algunas, cruciales: con una concedió un set-ball en el desempate de la segunda manga y otras dos le pusieron en bolas de rotura en el séptimo y el noveno juego del set final. Le faltó decisión para rematar a Sluiter cuando éste acusó la responsabilidad. 'Con 4-1 en la quinta manga me veía ganador, pero la motivación de la Davis le ha ayudado. Al final, ha subido más a la red y yo he jugado algo peor', concluyó.

Moyà tuvo menos opciones. Había ganado cuatro veces de seis a Schalken, pero los papeles parecían cambiados. Toda su ilusión por regresar al equipo, tras su exclusión en 2000, se tornó rabia al ver que sus intentos no lograban su objetivo. Moyà estuvo lento y sus reflejos no tuvieron chispa. Topó además con un jugador inspirado. Schalken supo anular la efectividad de Moyà -14 aces- y le rompió tres veces, una en cada set.

El partido acabó con una reclamación de Moyà a una bola de Schalken cantada como buena, siendo mala, y que le colocó en punto de partido: 'Era importante. Me colocaba en punto de rotura y se convirtió en bola de partido'.