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La recesión amenaza de nuevo a la economía japonesa tras caer el 0,6% el tercer trimestre

El anuncio que realizó ayer el Gobierno nipón de un PIB negativo en el tercer trimestre de 2000 ha hecho resurgir el espectro de la recesión (se considera que una economía entra en recesión cuando cumple dos trimestres seguidos en retroceso). La revisión de nada menos que ocho décimas es la más fuerte que ha realizado el Ejecutivo desde 1978. En términos anuales, la economía japonesa ha caído un 2,4%. Una nueva contracción del PIB entre octubre y diciembre significaría que el país ha entrado de nuevo en una etapa de recesión, tras haber logrado recuperarse ligeramente de la anterior.

A pesar de la crudeza de las cifras, el Ejecutivo nipón no ha variado su previsión de crecimiento, que se sitúa en el 1,2% para el año fiscal que finaliza en marzo. Para ello, tendría que crecer al menos el 0,4% cada uno de los dos trimestres que quedan. 'No creo que haya necesidad de cambiar nuestras expectativas de recuperación a finales de este año [fiscal] y para el año próximo', señaló ayer el viceministro de Economía, Eiji Kawade. No obstante, el enfriamiento de la economía de Estados Unidos no augura, precisamente, una recuperación.

Cifras 'inquietantes'

Los analistas no mantienen esa serenidad y señalan que la caída de las inversiones privadas y del consumo interno han deteriorado el PIB del país. Koichi Ono, del instituto de investigación Daiwa, cree que las cifras son 'inquietantes'. 'La principal razón de este crecimiento negativo es la caída de la inversión privada'. La revisión publicada ayer ha rebajado el avance de la inversión del 7,8% previsto a un modesto 1,5%. 'Esto sugiere que el movimiento de capitales, aunque se está recuperando, no lo hace de forma intensa. Como ése era el supuesto eje de la recuperación económica, las previsiones generales no pueden ser tan fuertes', apunta Peter Morgan, economista de HSBC Securities.

Tampoco la demanda interna despega. El gasto privado creció un insignificante 0,03%. Este factor, que aporta el 60% de la economía, no creció en el citado trimestre. Un informe adicional a los datos del PIB es aún más pesimista al indicar que el gasto de los hogares durante todo el año cayó un 0,9%. Los expertos consideran que si el consumo no crece la economía japonesa permanecerá muy vulnerable a los factores externos.

La Bolsa de Japón no tardó en reaccionar ante unos datos que apuntan a la recesión. Aunque la revisión a la baja del PIB era ya esperada por los analistas, el índice Nikkei, que aglutina a los principales valores del mercado nipón, cayó a su nivel más bajo desde octubre de 1998, con un 2,3% de pérdidas con respecto a la jornada anterior. El yen acusó igualmente los datos económicos adversos y retrocedió hasta un cambio de 116,44 yenes por dólar, el nivel más bajo de la semana. La moneda nipona también perdió terreno frente al euro, que llegó a valer 108 yenes.

Los datos conocidos ayer no son los únicos que dibujan nubes sobre la economía japonesa. La tasa de paro alcanzó el pasado mes de diciembre su máximo nivel (el 4,84%) desde que se mide el desempleo en Japón, hace más de 50 años. Y los precios registraron durante todo el año 2000 el mayor retroceso en tres décadas, al caer un 0,7%.

Ante los problemas del PIB para cumplir las expectativas, el Gobierno nipón desplazó ayer la atención sobre el Banco Central de Japón. Los políticos del partido en el poder (Partido Democrático Liberal), pidieron una actuación inmediata del Banco, que tiene prevista una reunión mañana. Shizuka Kamei, responsable del partido gubernamental, dijo al comité de presupuestos del Parlamento que el Banco Central tendría que adoptar medidas radicales para elevar las reservas monetarias o recortar los bajos tipos de interés del país.

Pero si el gobernador del Banco siente presión, no lo ha demostrado. No ha dado señales de que vaya a aceptar los requerimientos del Partido Democrático Liberal, más bien ha expresado que, de hecho, Japón no corre el riesgo de entrar en una espiral de bajada continua de precios. 'La cuestión está en si la debilidad de los precios añade presión a las ganancias. Pero los beneficios se están recuperando y los ingresos y el empleo ha dejado de caer', indicó el gobernador del Banco Central.

A la espera de nuevos datos

Los resultados del PIB en el tercer trimestre de 2000 indican que los ministros del Gobierno nipón contendrán la respiración hasta que se conozcan los datos relativos al periodo octubre-diciembre. Esas cifras serán decisivas para saber si la economía ha entrado finalmente en una etapa de recesión.

Desde que estalló la burbuja especulativa en los sectores inmobiliario y financiero hace ahora 10 años, Japón ha alternado fases de crecimiento modesto y de franca recesión. Los datos de 1999 mostraban que la economía se estaba recuperando, gracias a las exportaciones y a una serie de proyectos del Gobierno para relanzar la marcha del país. Esto lleva a pensar a algunos analistas en que la recuperación podría estar próxima.

Una encuesta del Ejecutivo realizada el pasado mes de diciembre a 4.540 empresas y publicada el miércoles ya mostraba un creciente pesimismo en que el enfriamiento de la economía estadounidense podría afectar a las exportaciones de Japón. Pero también revelaba que los planes de inversión de capitales permanecían sólidos. Para Mamoru Yamazaki, economista jefe del Barclays Capital, esto añade motivos para la esperanza: 'En las actuales circunstancias económicas, hay riesgo de que las empresas revisen a la baja sus inversiones. Pero creo que es muy probable que la tendencia del gasto continúe al alza'.

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