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Crítica:Octavos de final de la Euroliga | Octavos de final de la Euroliga | BALONCESTO | BALONCESTO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El Madrid deja en silencio al campeón yugoslavo

Los de Scariolo se clasifican tras exhibirse ante el Buducnost

El campeón de la ACB pudo más que el Buducnost, flamante campeón de la Liga yugoslava -donde ha impuesto su ley a cuchillo en las dos últimas temporadas con 47 victorias consecutivas- y certificó el pase a los cuartos de final de la Euroliga 24 horas después de saber que su gran rival nacional, el Barça, verá lo que queda de competición desde casa. La impresionante atmósfera del pabellón Moreae no pudo cambiar una historia cuyo final se intuía desde el comienzo de la eliminatoria. El 91-63 del primer choque, premonitorio, adquirió la categoría de realidad tras la imagen de superioridad desplegada ayer por los blancos a lo largo de los 40 minutos.

A pesar de la presión ambiental y a pesar, sobre todo, de Dejan Tomasevic, el mejor de su equipo con diferencia, el Buducnost capituló con todas las de ley ante el mayor equilibrio y poder del Real Madrid. El hasta ahora MVP (jugador más valioso) de la Euroliga justificó el millón de dólares que recibe del club de Podgorica. Pero de nada le valió a su equipo.

BUDUCNOST 62|REAL 76

Buducnost: Obradovic (5), Rakocevic (7), Kuzmanovic (8), James (4), Tomasevic (20); Vukcevic (8), Radonjic (2), Sekulic (0), Radunovic (4) y Milojevic (4). Real Madrid: Djordjevic (16), A. Angulo (11), Milic (13), Meek (10), Struelens (7); Herreros (5), Zidek (5), Iturbe (6) y Raúl López (3). Árbitros: Pozzana (Italia), Tsanidis (Grecia) y Sharo (Suecia). Unos 5.500 espectadores en el Pabellón Moreae. El Madrid se clasifica por 2-0.

Las pérdidas de balón y los errores en los tiros libres impidieron que los blancos rompieran el partido en el primer cuarto, la fase donde mejor controlaron a Tomasevic, por medio de Struelens y Meek. Ya por entonces, la sombra de la eliminación paseaba como un fantasma por la repleta grada. Aunque el Madrid había desperdiciado ocasiones para dar un golpe de timón, las tres personales que Djordjevic, más listo que nadie, arrancó a Rakocevic en ese tramo alteraron por completo al Buducnost. La obligada sustitución del talentoso base dio paso, sorprendentemente, a los mejores momentos locales, pero también al principio del fin para el Buducnost, desesperado por la nulidad de Jerome James ante el aro.

Una laguna ofensiva de los blancos, que duró cinco minutos, contribuyó a esa reacción transitoria de su rival (29-28). Aún así, el panorama estaba claro. Bastaron unas cuantas acciones de contragolpe para reducir a la nada el empuje yugoslavo y clausurar la primera parte con todo dispuesto para que el Real Madrid apuntillase el pase a cuartos (31-36).

Los blancos gestaron la clasificación a la vuelta del vestuario. Dos triples de Djordjevic, recibido como un héroe, otro de Zidek, y la irrupción volcánica de Milic en la zona provocaron una herida letal en el Buducnost, que se encontró a catorce puntos (35-49) de distancia en un abrir y cerrar de ojos.

A partir de ahí todo fue sobre ruedas para el campeón español. Le faltaba muy poco para meter la cabeza en la siguiente eliminatoria y, con mucha calma, sin prisas, acabó el trabajo apoyado en un cómodo resultado y ante un enemigo derrotado en la pista y en la grada. Ahora espera el Paf de Bolonia.

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