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Reportaje:BALONCESTO

Iverson, de nuevo en la picota

El jugador de Filadelfia, multado por la NBA por despreciar a la comunidad homosexual al insultar a un espectador

Allen Iverson, estrella del Philadelphia Seventhy Sixers, fue el gran protagonista de la NBA la pasada semana. El martes fue nombrado mejor jugador de enero, pues su aportación ha sido vital para mantener a su equipo como el mejor de la liga. El viernes, el vicepresidente de la NBA, Stu Jackson anunció que era multado con 5.000 dólares (unas 875.000 pesetas) debido a los insultos que profirió a un espectador en Indianápolis durante el partido frente a Indiana Pacers. Las cámaras y micrófonos de la cadena NBC captaron el momento en que el jugador llamaba al aficionado 'faggot', palabra que se refiere a una persona homosexual en sentido peyorativo y ofensivo, equivalente a maricón.

El jugador ha aceptado la multa, pero ha justificado sus insultos (corroborado por su entrenador y compañeros) a la continua provocación de un público considerado de los peores y más agresivos de la liga. Además de 'presidiario y mono', le llamaron 'nigger', un termino tabú en Estados Unidos al definir a una persona de raza negra con tintes xenófobos.

No es la primera vez que el controvertido jugador tiene problemas en la cancha de los Pacers. Terry Royster, su guardaespaldas hasta hace dos meses, ha reconocido que la pasada temporada un espectador le llamó perro' y a su madre 'pastor alemán'. Según Royster, Indiana, Utah y Miami son las ciudades en las que el público se ceba con él. Esta no es la primera vez en la que el polémico escolta de los Sixers ataca al colectivo homosexual. En octubre, el comisionado de la NBA, David Stern, le solicitó que modificara alguna de las estrofas de su canción 40 barras (referida a los barrotes de una celda), incluida en su disco de rap. La letra incluía insultos a los homosexuales e incitación a la violencia. La casa discográfica ha retrasado la salida a junio, pero no modificará ni una coma de la canción.

Tanta provocación ha hecho que la vida de Iverson sea amenazada en multitud de ocasiones. La pasada primavera llegó un e-mail a una emisora de radio de Filadelfia en el que un individuo amenazó con mutilar a los hijos del jugador. Después de que los Sixers fueran eliminados en los playoff, los muros de su casa aparecieron llenos de inusltos racistas. Iverson se ha mudado de vivienda, pero no ha querido denunciar estos hechos ni ante la policía ni ante el FBI, e incluso ha decidido prescindir de los servicios de su guardaespaldas. Dice que no le hace falta, pero lleva habitualmente una pistola Glock, calibre 9 milímetros. Iverson, que puede encaminar a los Sixers a un título que se les resiste desde hace 18 años, lo puede hacer gracias al gobernador de Virginia, Douglas Wilder, que le indultó en 1993 la condena a 15 años de prisión por una pelea en una bolera.

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