Juez Guzmán: 'Estoy esposado a Pinochet y él a mí'

El juez Juan Guzmán, que el pasado lunes procesó criminalmente a Augusto Pinochet por 57 homicidios y 18 secuestros, asegura estar 'hermanado' con el ex dictador por el proceso que lleva en su contra y que ya acumula más de 230 querellas. 'Yo estoy esposado a Pinochet y él a mí. Vamos caminando de la mano, y no sé cuál de los dos está más contento'. Guzmán hizo estas declaraciones al diario La Tercera, en las que profundizó sobre los aspectos no jurídicos del caso judicial más importante de los últimos cien años en Chile.

Sobre lo complicado que es llevar adelante un juicio contra el ex dictador, Guzmán reconoce que lo difícil radica en que Chile es una provincia. 'Estamos todos vinculados, con amistad o parentesco. Y no se trata de estar en la derecha, la izquierda o al medio. Yo me considero un independiente, a Dios gracias. Pero en esta gran familia que es Chile, no se comprende que un juicio no tiene emociones ni simpatías ni antipatías. Se pretende que impere la majestad de la ley. Pero la gente considera que, al fallar en un sentido o en otro, uno está involucrándose políticamente'.

En ese sentido relata que mucha gente le ha dado la espalda. 'Muchos familiares se han retirado de la esfera de reuniones. Lamentablemente, nuestra gente está tachada por una ceguera mental que no les deja ver el trabajo profesional de los jueces'.

Simpatía hacia el general

Sobre su relación con Pinochet, el juez Guzmán revela: 'Mire, le tengo cariño al general Pinochet como persona. Es el prototipo de un chileno. Me es simpático. Me ha tratado siempre con cordialidad'. Y recuerda que ya lo conocía con anterioridad al juicio. 'Sí, había estado con él en Talca y en Santiago. El hecho de estar con la gente me acerca más a ella. Créame que no es fácil procesar a nadie. Es muy duro procesar a un semejante. Es muy duro. Hace 30 años que soy juez y todavía no puede ser fácil'.

En lo que respecta al estado de salud de Pinochet, Guzmán reiteró que, a su juicio, es un hombre normal, 'con los achaques de la edad que tiene'. 'A mí no me gusta juzgar a gente enferma. En un país como el nuestro, nos toca a diario enjuiciar a personas enfermas, con sida, con cáncer, y hay que hacerlo igual. No existen las razones humanitarias que hay en otros países. Pero eso no es culpa de los jueces, sino de los legisladores', añade el juez.

Respecto del interrogatorio a que sometió al ex dictador el martes 23 de enero, Guzmán dijo que se encontró con un acusado 'muy valiente'. 'Noté que los abogados no querían que contestara las preguntas que le hice; sin embargo, ahí hizo presente su estado de soldado. Creo que él quiso hacer frente al juicio, y lo hizo virilmente'.

Finalmente y sobre las presiones que recibió del Gobierno, Guzmán es tajante al decir que 'las presiones terminaron'. 'Existieron hasta el momento en que lo sometí a proceso el primero de diciembre. Después no he tenido ninguna presión'. Añadió que no le interesa pasar a la historia como el juez que condenó a Pinochet.