'Somos como el boxeador caído en la lona', dice Ernesto Valverde

'Somos como el boxeador que se ha caído en la lona y tiene que levantarse'. Así resumió Ernesto Valverde, el segundo entrenador del Athletic de Bilbao, el estado de ánimo del colectivo vasco tras la derrota en el Camp Nou frente al Barça. Valverde no recuerda una goleada de tal calibre (7-0) ni en su etapa como jugador azulgrana o blanquiazul. 'La derrota ha escocido mucho en Bilbao', añadió el Txingurri. 'Es normal. Cuando te golean sabes que las cosas no son fáciles'.

Habían pasado 12 horas después de la jornada, pero Valverde permanecía con su semblante serio y las respuestas secas pero contundentes. 'Estamos bastante mal', prosiguió Valverde quien elogió el juego del Barça. 'El Barça tiene una identidad propia que sigue intacta desde la época del Dream Team. Incluso, con Bobby Robson y Louis Van Gaal como técnicos hicieron grandes partidos siguiendo la misma pauta de Johan Cruyff. Pero tiene puntos débiles que, el sábado, el Athletic no supo explotar'.

Ni Valverde ni Txetxu Rojo, el técnico del Athletic, ni los jugadores supieron explicar los siete goles encajados por su equipo. Todos se rindieron ante la evidencia. 'Lo mejor es pasar página', esgrimieron Urzaiz, Guerrero, Urrutia y Lafuente, los cuatros jugadores que asumieron la representación del grupo en la vista pública al término del partido. Sus respuestas eran reiterativas ante la batería de preguntas por parte de la prensa. 'No sé que decir'; ' No encontramos explicación', respondían.

La impotencia era unánime en el colectivo del Athletic que se encerró a medianoche del sábado en el hotel donde se hospedaban para pasar la noche más triste de su historia. 'Nunca había visto a una gente tan decaída por perder un partido de fútbol', manifestó el recepcionista del Calderón, el hotel donde se alojó el Athletic en si visita a Barcelona.

Tras la derrota, la única manera de olvidar lo vivido sería ganarle el sábado al Real Madrid. 'Ganar al Madrid en San Mamés sería el mejor bálsamo tras la derrota aparatosa ante el Barça', señaló Valverde. En Bilbao se hacía una lectura tridimensional. Una, arremeter contra la ficha de los jugadores, como contrapunto del resultado; otra, trivializar la situación como un accidente en 103 años de historia que podía curarse el próximo sábado ante el Real Madrid; la última, matar al mensajero, entendiendo una cierta mofa por el resultado en los medios de comunicación. Todo contrastes: aficionados heridos sentimentalmente por el partido y otros que se pusieron la camiseta rojiblanca para pasear por las calles bilbaínas en una mañana primaveral.