Día de campo en el Sacromonte
Granada celebró la festividad de su patrón, San Cecilio, con cientos de kilos de habas, bacalao y tortas saladas
San Cecilio, el supuesto primer arzobispo de Granada y el seguro patrón de la ciudad, vio ayer cómo los granadinos acabaron en su honor con 800 kilos de habas, 100 de bacalao y unas 3.500 tortas saladas. Y para trasegarlo todo, 400 litros de mosto de Huétor Vega. Las viandas, como es tradición anual, fueron ofrecidas por el Ayuntamiento de Granada a las miles de personas que subieron en romería hasta la Abadía del Sacromonte, donde reposan las reliquias del santo varón.
La fiesta del patrón, que es el 1 de febrero aunque se celebra el primer domingo del mes, ha sido convertida por los granadinos en un pretexto perfecto para pasar un día de campo a un kilómetro de Puerta Real, el centro de la ciudad. Familias enteras subían a pie en la mañana de ayer hacia el Sacromonte por el Paseo de los Tristes y la cuesta del Chapiz. Para facilitar el paseo, el Ayuntamiento restringió el tráfico en estas calles, por las que sólo pudo circular el transporte público.
Los actos conmemorativos iniciales se iniciaron a las 12 de la mañana con una misa en la Abadía oficiada por el arzobispo de Granada, Antonio Cañizares. A la eucaristía asistió buena parte de la corporación municipal escoltada por maceros y otras autoridades de la provincia. Después de la liturgia, se realizó la tradicional ofrenda a San Cecilio en las cuevas donde descansan sus restos.
La fiesta popular comenzó tras la ceremonia en la explanada situada junto a la Abadía. Hubo grupos de danzas regionales, que bailaron La Reja, mientras decenas de personas trataban de conseguir viandas en las seis barras instaladas por el Consistorio.
La principal novedad de las celebraciones de este año ha sido la exposición de los libros plúmbeos, muy ligados a la historia de Granada y de San Cecilio. Algunos de estos libros de plomo, recientemente recuperados tras siglos de permanencia en El Vaticano, fueron exhibidos el viernes y el sábado. El Arzobispado ha anunciado que, a partir de ahora, quedarán expuestos de forma permanente en la Abadía.
Las placas de plomo contienen una doctrina sincrética del islam y del cristianismo atribuida al propio San Cecilio. Fueron secuestrados por el Papa Inocencio XI, que los consideró heréticos al determinar que no fueron redactados por el patrón de Granada, sino por los moriscos para evitar ser expulsados de España ideando una teoría que identificaba sus orígenes con los del cristianismo.
Se cree que para hacer más verosímil la doctrina contenida en los libros, los moriscos idearon una compleja argucia. Construyeron una caja que fue hallada en 1588 en la Torre Turpiana, el alminar de la Gran Mezquita sobre la que se construyó la Catedral de Granada. En ella introdujeron las supuestas reliquias de San Esteban, primer mártir cristiano, un trozo del manto de la Virgen y un enigmático pergamino que, una vez descifrado, permitía localizar en el Sacromonte los libros plúmbeos junto a los restos de su supuesto autor, San Cecilio.
En recuerdo de aquel maravilloso recipiente, el Ayuntamiento de Granada regala cada año a las autoridades que asisten a la festividad del patrón una caja con estoraque, un tipo de incienso. La caja entregada ayer, cuyo diseño varía cada año, estaba confeccionada en alpaca y decorada con símbolos de las culturas cristiana, judía y musulmana.
Los actos conmemorativos de la festividad de San Cecilio continuarán hasta el próximo miércoles con un ciclo de conferencias organizado por la Abadía del Sacromonte y la cátedra Padre Manjón. La primera de las ponencias correrá a cargo del historiador Antonio Domínguez Ortiz, que disertará sobre Granada en el tránsito del siglo XVI al XVII.
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