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Reportaje:

Todos fichados en la Super Bowl

La policía controló con cámaras y ordenadores los antecedentes de los asistentes a la final de fútbol americano

Enric González

La multitud, creíamos, es el mejor lugar para mantener el anonimato. Pero ya no. Las más de 100.000 personas que asistieron el domingo pasado en el estadio Raymond James, de Tampa (Florida), a la Super Bowl, la gran final del fútbol americano, en la que Baltimore derrotó con contundencia a los Gigantes de Nueva York, fueron individualmente filmadas y analizadas por un ordenador que ofrecía al instante los antecedentes penales de cada una. Nadie sabía que la policía de Tampa utilizaba ese sistema, prestado gratuitamente por un grupo de empresas que quisieron impresionar a las agencias de seguridad.

La Unión Americana de Libertades Civiles ha clamado, al enterarse, contra esa aparente vulneración de la Cuarta Enmienda, que protege a los ciudadanos contra registros e identificaciones innecesarias. La entidad ha pedido al Ayuntamiento de Tampa que convoque una reunión pública para estudiar las implicaciones legales del espionaje masivo y para conocer la opinión de los ciudadanos.

El invento, en fin, fue probado en el encuentro más importante del año y funcionó a la perfección. ¿Fue un éxito policial? Relativamente. Cada espectador fue identificado y se comprobó que entre los 100.000 asistentes no había terroristas ni delincuentes peligrosos, sólo 19 ciudadanos que habían cometido faltas de naturaleza insignificante y a los que se permitió disfrutar del partido. En realidad, se intentó detener a uno de esos ciudadanos, un tipo fichado por revender entradas en anteriores encuentros. Pero cuando la policía llegó a su asiento, el revendedor había desaparecido.

'Si el sistema hubiera identificado a un terrorista y hubiéramos podido detenerle, la nueva herramienta informática habría demostrado una enorme utilidad', afirmó Joe Durkin, portavoz de la policía de Tampa.

El artilugio consta de 20 cámaras instaladas en cada una de las cuatro entradas del estadio, capaces de captar varias imágenes de cada persona y enviarlas a un ordenador, que las desmenuza en 128 características faciales y en pocos segundos las compara con las imágenes de delincuentes almacenadas en su base de datos. El sistema ha sido desarrollado por las sociedades Graphco Technologies y Viisage Technology, que cuentan con el impacto alcanzado gracias a la Super Bowl para vender su producto a grandes agencias como el FBI.

'Estamos llegando a un punto en que la policía y las empresas privadas nos tendrán localizados en todo momento', se queja Barry Steinhardt, directivo de la Unión Americana de Libertades Civiles. 'Este sistema no sólo nos roba el anonimato; además, será empleado para acosar a los sospechosos habituales y para refrenar a la gente en la calle', añade.

La policía y los fabricantes del sistema opinan, por el contrario, que la identificación instantánea es legal y apenas es novedosa; va simplemente más lejos que los mecanismos de vigilancia utilizados hasta ahora. Desde hace 10 años, cada vez que uno entra en un McDonald's, en un banco o en una gasolinera, es filmado desde varios ángulos. 'Aún peor', dice Tom Colatosti, presidente de Viisage Technology, 'esas imágenes son almacenadas. Nuestro sistema las destruye una vez empleadas'. 'Estoy convencido de que no infringimos ninguna ley y de que el sistema será de gran utilidad', comentó, por su parte, el mayor Newcomb, de la policía de Tampa.

La policía insiste en que no hay nada especialmente nuevo en el experimento de la Super Bowl, para el que se contó con la aprobación de los directivos de la Liga Nacional de Fútbol. Desde hace años se fotografía la matrícula de los automovilistas que rebasan la velocidad máxima en las carreteras y se filma a todos los clientes de los centros comerciales. En Londres, el barrio de Newham dispone desde 1998 de una cámara en cada esquina, 300 en total: esa vigilancia pública, muy criticada, ha conseguido reducir la criminalidad en la zona. Los dos niños asesinos del pequeño James Bulger fueron identificados, en 1993, gracias a la filmación de una cámara en un centro comercial.

Lo más parecido hasta ahora era una tecnología de reconocimiento facial usada por los casinos de Las Vegas para identificar a jugadores fichados como tramposos o ventajistas y expulsarlos de la sala. Si el invento de Graphco y Viisage se aplica de forma generalizada, la diferencia consistirá en que uno ya no podrá sentirse solo y desconocido en la calle: en adelante, será como pasear con el nombre escrito en el pecho y con el certificado de penales en la boca.

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