'El flamenco ya no es una música de minorías'

Al frente de Gran Vía Musical, la empresa española que en tan sólo un año se ha colocado a la cabeza del complicado mundo de la música, está Jaime Polanco Soutullo (Madrid, 1960). Economista, piloto y amante del flamenco, una de las primeras decisiones que tomó el consejero delegado de Gran Vía Musical fue crear Palo Nuevo, un sello discográfico desde el que el cante y el toque más puro pudieran llegar a todos los rincones del planeta. Los frutos más tempranos de esta apuesta han sido las grabaciones de Chano Lobato y José Menese. En marzo saldrá el nuevo álbum de Chocolate, al que seguirán los de Bernarda de Utrera y Agujetas, entre otros. Los responsables de la empresa, que aglutina las actividades del grupo PRISA en el sector de la música, se han reunido en Sevilla para celebrar su primera convención y debatir sus planes para la próxima temporada.

Pregunta. Su empresa es un holding internacional, ¿por qué ha sido el flamenco una de sus prioridades?

Respuesta. Porque estamos convencidos de que el flamenco ya no es una música de minorías, comienza a ser un producto razonablemente bien conocido. Ahora está siendo mejor entendido por el público en general. Y, además, personalmente, el flamenco me encanta.

P. ¿Ayudará Palo Nuevo a que los flamencos puedan, por fin, ser profetas en su tierra?

R. Sí, de hecho ya no ocurre como hace unos años que había artistas que triunfaban en el extranjero y en España no se les hacía caso. El Instituto Cervantes ha organizado hace poco un programa de flamenco en Nueva York con grandes figuras como Carmen Linares. Las entradas se agotaron semanas antes, pero eso también sucede aquí.

P. ¿El acuerdo entre MuXXIc, una de las cinco compañías que integran Gran Vía, y Universal Music Group para lanzar internacionalmente a cantantes españoles incluye al flamenco?

R. Todavía no. De momento sólo hemos grabado dos discos de flamenco, los de Chano Lobato y José Menese. Son los primeros de una lista que, por ahora, incluye a 17 artistas y que seguirá creciendo de inmediato. Están desde los artistas más puristas del flamenco, como Bernarda de Utrera, José de la Tomasa o Chocolate, hasta la savia nueva, entre los que se encuentran Guadiana o José Vargas.

P. ¿Qué necesita un artista español para abrirse paso en el mercado internacional de la música latina?

R. Lo principal es romper las barreras psicológicas. No sólo las que tienen los propios intérpretes, sino también sus compañías discográficas, que ése es otro frente en el que estamos trabajando. Hay muchas posibilidades de mercado en Estados Unidos, pero también en México, Centroamérica y América del Sur.

P. ¿A qué se refiere con ese nuevo frente de otras compañías discográficas?

R. Gran Vía Musical no se dedica solo a la producción, sino también a la distribución, la organización de giras y festivales. El año pasado firmamos un acuerdo con la Asociación de Empresarios Discográficos Andaluces (AEDA) [que reúne a una veintena de productoras] precisamente para prestarles ayuda en la ampliación de sus mercados.

P. Según el balance económico, Gran Vía Musical ha logrado equiparar gastos e ingresos en su primer año de vida, ¿de qué cantidades estamos hablando?

R. El volumen de negocios que se ha generado es de 4.300 millones de pesetas, lo que en un sólo año nos ha convertido en la empresa española con más capacidad en el mundo de la música y los espectáculos. Cerrar el primer ejercicio de una empresa sin pérdidas no es algo usual en este tipo de negocios.

P. ¿Cuántos títulos han lanzado durante su primer año de trabajo?

R. Han sido una treintena de álbumes. Algunos han obtenido un gran éxito como los de José Cano, Tamara, el grupo Miranda Warning o un artista extranjero como Paul Carrack. Nuestra meta es que la música en español ocupe el lugar que merece dentro del mercado discográfico internacional.

P. ¿Por qué han elegido Sevilla para la primera convención de su empresa?

R. La verdad es que Sevilla nos da suerte, es un talismán. En otras empresas en las que he trabajado también hemos celebrado aquí la primera reunión.