_
_
_
_
Crítica:CLÁSICA | GRIGORI SOLOKOV
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Vencer y convencer

Se inició en el Auditorio, a gran sala llena, la sexta edición del Ciclo Grandes Intérpretes, un empeño de Scherzo con patrocinio de Canal + y Muzzik y la colaboración del Ministerio de Educación y la Fundación Hazen. Cuando accedimos al local, estaba dispuesta la escenografía: ambiente de gran oscuridad y las luces que iluminaban con naturalidad el piano y con esplendor el gran órgano, quizá en homenaje a Cesar Franck. La luminotecnia se adecuaba a la manera del concertista, Grigori Sokolov.

En estos seis años de la serie, el pianista actúa por cuarta vez y lo merece, sin duda. Se trata de una figura lanzada al mundo en 1966 cuando fue primer premio en el Concurso Chaikovski de Moscú. Son conocidas las características estético-técnicas de este representante del estilo neorromántico: libre, preciosista y casi místico, placentero con las lentitudes, amoroso de los pianísimos y, en suma, fiel, por partes iguales, a los pentragamas escogidos y al dictado de su pensamiento musical encantatorio y hasta arbitrario en no pocos momentos. No hay por qué incidir demasiado en tales datos: el intérprete es más que un lector y nunca debe renunciar en su comunicación con la audiencia a su intransferible visión de Chopin, Mozart o Cesar Franck.

Quizá las versiones más sorprendentes fueron las de Mozart en su Fantasía, k.475 y la Sonata 457 , ambas en do menor , representativas, como dice Stiegler, de una 'desconcertante elevación' cual 'puente tendido a las riberas beethovenianas'. Sokolov profundizó en tal aspecto en un alarde de interiorización que prendió en todos los asistentes convencidos de que 'algo sucedía ante él'. Luego, otro 'ideal sonoro' para la grandeza renovadora de Cesar Franck en Preludio, Coral y Fuga (1884), un siglo posterior a la obra mozartiana, nos dio la medida, amplitud y exigencia de un pianista renuente a la insistencia sobre tantas versiones de otros. Y, en fin, el Chopin fantástico de las Mazurcas , todo un mundo de invenciones siempre sorprendentes. El éxito de Sokolov, como en otras actuaciones, fue definitivo, pese a la dificultad de convencer desde la diferencia.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_