Los funcionarios se echan a la calle en Francia en defensa de sus salarios
En París, unas 35.000 personas según los sindicatos (16.500 según la policía) desfilaron gritando contra el ministro de la Función Pública, Michel Sapin. Personal de hospitales, profesores, funcionarios de Correos y bomberos constituian los contingentes más numerosos. La cifra de manifestantes en toda Francia estaba anoche por determinar, si bien era considerada inferior a la que resultó de la movilización suscitada la semana pasada por la defensa del sistema de pensiones.
El principal contingente de funcionarios está constituido por 2,2 millones de personas que trabajan en la función pública estatal, y otro millón y medio asignado a puestos de la estructura territorial. Otros 850.000 forman parte del personal del Servicio de Salud, 440.000 de Correos y France Télécom y otros 230.000 de diferentes organismos públicos.
Los sindicatos piden que se revise el 0,5% de subida salarial que tuvieron en el año 2000, ya que la inflación fue del 1,6% al final del año. El Gobierno se niega a esa demanda y argumenta que en términos globales, y considerado el periodo 1997-2002, es decir, el conjunto de la legislatura, los funcionarios van a mantener su poder de compra.
Los funcionarios de los ministerios ganaron en 1998 -último año del que se dispone de datos completos- un salario medio mensual de 12.340 francos, aproximadamente un 13% menos que en el sector privado. También, según estos datos, cerca de la mitad de los profesores de la enseñanza pública no llegan a los 10.000 francos netos por mes, unas 250.000 pesetas. Las siete federaciones sindicales de la función pública convocaron conjuntamente las manifestaciones de ayer.
Al final de la jornada, el Ministerio de Educación informó de que habían estado en huelga el 43% de los profesores de educación primaria y maternal y algo menos de un tercio en los centros de enseñanza media. En Correos y en France Télécom, las direcciones respectivas afirmaron que sólo un 11% de su personal estuvo en huelga.
El ministro de la Función Pública, Michel Sapin, explicó en la Asamblea Nacional que 'el árbol del año 2000 no debe ocultar el bosque de las negociaciones salariales' y aseguró que el Gobierno será dialogante, afirmación que los sindicatos acogieron desafiándole a que reabra rápidamente las negociaciones con nuevas propuestas. La protesta de los funcionarios acumula problemas de carácter social para el Ejecutivo, puesto que coincide con las movilizaciones en favor del mantenimiento de las pensiones y con la resistencia de la principal organización patronal a que se aplique la jornada máxima de 35 horas semanales en las pequeñas y medianas empresas.
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