Sharon propone a Barak formar un Gobierno de unidad nacional en Israel después de las elecciones

El líder del partido nacionalista Likud, Ariel Sharon, virtual futuro primer ministro de Israel, según los sondeos, ha iniciado conversaciones con el jefe de Gobierno, Ehud Barak, para constituir un Gobierno de unidad nacional en Israel tras los comicios del próximo 6 de febrero. El diálogo se desarrolla en medio de una nueva ola de violencia, tras la congelación de las negociaciones con los palestinos y mientras la Intifada entra en su quinto mes con un incidente inquietante: la muerte de un colono por disparos de francotiradores palestinos.

El propio Ariel Sharon y el ministro laborista Benjamín Ben Eliezer son los interlocutores de estas negociaciones. Las conversaciones, de las que Barak tiene un conocimiento puntual, se iniciaron a petición de Sharon, quien solicitó como contraparte a Ben Eliezer, con el que estuvo la pasada primavera negociando la constitución de un Gobierno de unidad presidido por los laboristas. 'Es lo que necesitamos; un Gobierno de unidad nacional. En la misma noche de las elecciones me volveré hacia Barak y se lo propondré, para poder así alcanzar la paz y la unidad, que impidan los enfrentamientos y la separación', ha asegurado Sharon a la prensa local.

División laborista

La propuesta de Sharon, sin embargo, cuenta ya con la resistencia de un sector del laborismo, que ha anunciado su negativa a participar en un Gobierno de unidad nacional en la que se encuentre incluido un socio seguro de los nacionalistas, Avigdor Liberman, responsable del partido de los emigrantes rusos, Israel Nuestra Casa, quien en los últimos días ha escandalizado a la clase política con unas declaraciones incendiarias, en las que ha prometido bombardear Beirut y Teherán si gana la derecha.

'No entraremos en un Gobierno de unidad nacional presidido por Sharon. Todo es fruto de su imaginación', han asegurado en el cuartel general de Barak, mientras que los colaboradores del primer ministro afirman sorprendentemente que 'no se descarta nada'. Las negociaciones entre Likud y laboristas parecen haberse intensificado en las últimas horas tras la decisión de Ehud Barak de congelar las negociaciones de paz con los palestinos, en supuesta represalia por las declaraciones efectuadas el domingo por Yasir Arafat en la Conferencia de Davos, culpando a Israel de atacar con tanques y balas de uranio a la población palestina.

El frenazo a las negociaciones, decidida personalmente por Barak, ha provocado una nueva crisis en el interior del Gobierno laborista, donde los ministros Slomo Ben Ami y Yossi Beillin han puesto de manifiesto su malestar. Ambos han hecho frente común con el dirigente pacifista Yossi Sarid, responsable del partido laico Meretz, quien ha recalcado: 'Habrá siempre mil razones para congelar las negociaciones, pero siempre habrá una buena para continuarlas. Arafat es el único interlocutor, y sin él, el caos reinaría en todo el territorio'.

La respuesta inmediata a la congelación de las negociaciones ha sido un nuevo brote de violencia en Cisjordania y Gaza, donde ayer murieron tiroteados un civil palestino y un colono judío del asentamiento de Ofra. El primero fue abatido por un tirador del Ejército israelí que le vio hacer un 'movimiento sospechoso', el segundo encontró la muerte cuando se encontraba conduciendo su vehículo en una carretera.