Los encerrados en Barcelona seguirán en huelga hasta que se regularice a 20.000 inmigrantes
Durante la asamblea que ayer celebraron los 600 encerrados, los inmigrantes decidieron pedir al Gobierno que legalice a todos los que solicitaron personalmente su permiso de residencia en las oficinas habilitadas por la Delegación del Gobierno. Con ello, los inmigrantes que finalmente obtendrían la regularización serían unos 20.000, según los huelguistas. Los 14.000 permisos que se denegarían serían aquéllos que se pidieron a través de terceras personas o por correo porque el solicitante no estaba en España al realizar su petición. Además, los huelguistas piden que todos los encerrados en las iglesias de Barcelona sean regularizados.
En cambio, la Delegación del Gobierno en Cataluña defiende que sólo podrá conceder el permiso de residencia a unos 12.000 inmigrantes a quienes les fue denegada su solicitud en Barcelona, porque, a pesar de haber cursado una petición de residencia previa al 31 de marzo de 2000, no pudieron acreditar su presencia en España antes del 1 de junio de 1999.
Además de estos 12.000, la Delegación del Gobierno pedirá al Ejecutivo que se acepten otras 3.000 solicitudes denegadas porque los interesados acreditaron su presencia en España antes de junio de 1999, pero no presentaron la solicitud de residencia previa a marzo de 2000. La medida afectaría a unas 15.000 personas.
Los promotores de la huelga de hambre, agrupados bajo la plataforma Papeles Para Todos, cifraron ayer en 'casi 600' el número de inmigrantes que la secundan. Aparte de la iglesia del Pi, donde se inició la protesta, los inmigrantes han ampliado su acción a otras seis iglesias. Junto a los huelguistas, un nutrido grupo de familiares y amigos está encerrado con ellos. Otros muchos se agolpan en las puertas de las iglesias. Los organizadores han decidido restringir las visitas para evitar aglomeraciones.
Mientras, la situación sanitaria de los encerrados ya es 'más que preocupante', según los voluntarios de la Cruz Roja que los atienden. Ayer, octavo día de huelga, tuvo que ser hospitalizado uno de los encerrados en la iglesia del Pi con evidentes síntomas de desnutrición y deshidratación. Ante la gravedad de la situación, los médicos han decidido comenzar a suministrar suero a los más debilitados para complementar su dieta, compuesta exclusivamente por agua con azúcar y limón.
Boussatar, un marroquí encerrado en la iglesia de Sant Agustí, aseguró que en los ocho días de huelga ha perdido siete kilos: 'Lo peor es la sensación de que estoy a punto de caerme'. Sin embargo, se mantiene firme: 'Aguantaré hasta el final. Ahora no podemos dar marcha atrás'. Boussatar dedica gran parte del día a escribir sus 'memorias': 'Secretos sobre mí, el viaje que hice para llegar a España, los problemas en la patera y todo lo que me pasa por la cabeza'.
Por otra parte, unos 500 inmigrantes se concentraron ayer en Murcia para pedir la derogación de la Ley de Extranjería y solicitar al Gobierno que legalice a todos los indocumentados. Inmigrantes ecuatorianos, bolivianos, colombianos y marroquíes se concentraron en la plaza de Santo Domingo, desde donde iniciaron una marcha para pedir la derogación de la Ley de Extranjería. En Valencia, un millar de personas participó en una comida de confraternización con el medio centenar de inmigrantes que se encontraban encerrados en la Facultad de Filología. Los encerrados se trasladaron después a la Iglesia del Pilar, donde continuarán su protesta. Y en Madrid, una treintena de personas se encerraron ayer en un templo de Vallecas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.