El 64% de los comunitarios de la Liga española no ha nacido en Europa
Desde que el 15 de diciembre de 1995 el Tribunal de Justicia de Luxemburgo propiciara, a través de la conocida como sentencia Bosman, que los jugadores de la Unión Europea (UE) y del espacio económico europeo -Noruega, Wittgestein e Islandia- dejaran de ocupar un año después plaza de estranjero, muchos futbolistas europeos se buscaron la vida por los países vecinos. Pero no tantos como se preveía: actualmente, hay 35 en la Liga española y tampoco aquella resolución fue en perjuicio del gran contingente de jugadores suramericanos, que siguen siendo, seis años después, los que más abundan, fieles a la tradición.
Con una diferencia: muchos de ellos no ocupan plaza de extranjero, sino que de un modo u otro han conseguido el pasaporte comunitario. Un total de 54 futbolistas suramericanos actúan en Primera División como europeos. Entre ellos, algún caso curioso, como el defensa del Numancia Jaume, un uruguayo de abuelos catalanes que nació en Holanda; o el del delantero argentino del Villarreal Marioni, que encontró un abuelo italiano 'por casualidad' cuando éste ya era octogenario; el resto son un turco-alemán (Tayfun) y siete africanos: Helder, Edgar, Musampa, Keita, Songo'o, Geremi y Makelele.
La proliferación en la Primera División de italo-argentinos (21) e italo-brasileños (3) se debe a la laxitud en este aspecto de la legislación italiana. El Código Civil italiano concede el pasaporte a quien demuestre que tuvo una antepasado italiano, produciéndose ejemplos tan llamativos como el de Verón. El argentino del Lazio obtuvo el pasaporte alegando que tenía un tatarabuelo de Calabria. La justicia italiana investiga la autenticidad de esos orígenes.
En España no sirve el parentesco con los abuelos para obtener el pasaporte. Vale, en cambio, demostrar que los padres son españoles, así como la convivencia de un año tras desposarse con un español. La fórmula más seguida es la del tiempo de residencia: los suramericanos sólo necesitan dos años y a eso se acogen Kily González, Cáceres, Pochettino, Gustavo López....
Aparte del Athletic, que sólo tiene jugadores vascos, el Barcelona es el único equipo de Primera que no cuenta con ninguno de estos 63 jugadores comunitarios provenientes de fuera de Europa. En cambio, posee el mayor número de comunitarios no españoles nacidos en países de la UE: nueve. El único suramericano del club catalán, Rivaldo, ocupa plaza de extranjero. Por contra, los dos equipos gallegos de Primera dominan el mercado de nacionalización europea: nueve futbolistas en el Depor y ocho en el Celta.
Sólo Makaay en el Depor
En el Deportivo sólo figura el holandés Makaay como comunitario no español nacido en la UE. En el Celta, el centrocampista ruso-estonio Karpin alcanzó en los tribunales de justicia la consideración de comunitario B. Es decir, que no ocupa plaza de extranjero gracias a una sentencia laboral de primera instancia que entiende que un futbolista procedente de un país vinculado a la UE merece esta consideración. En la misma situación se encuentra el meta checo del Depor Kouba, mientras que Naybet, Craioveanu y el turco-bosnio del Rayo Bolic están pendientes de una resolución judicial. En cuanto al ruso del Oviedo Onopko, perdió en primera instancia, pero le dio posteriormente la razón el Tribunal Superior de Justicia de Asturias.
Los extranjeros de la Liga son 71 y sólo cuatro equipos cubren su cupo de cinco jugadores foráneos: el Mallorca (Burgos, Ibagaza, Stankovic, Finidi y Eto'o), el Numancia (Barbu, Delgado, Ojeda, Rosu y Núñez), el Villarreal (Schelotto, Tasevski, Arruabarrena, Craioveanu y Cagna) y el Oviedo (Onopko, Paunovic, Martinovic, Nadj y Tomic).
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