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El primer ministro de Luxemburgo califica de 'esquizofrénico' el Tratado de Niza

Jean Claude Junker, primer ministro de Luxemburgo, dijo ayer en Madrid que la reciente cumbre de Niza ha creado 'un doble tratado, un tratado esquizofrénico', del que, añadió, 'no me siento ni entusiasta ni decepcionado'. Junker, que fue recibido ayer por el rey Juan Carlos I, trazó así un panorama menos optimista del Tratado de Niza que el presidente del Gobierno español, José María Aznar, quien le introdujo como conferenciante ante el público de la Fundación Carlos de Amberes.

Para el primer ministro luxemburgués, la cumbre de Niza pecó de falta de ambición en lo que se refiere a la agilización de la toma de decisiones en el seno de la UE, con consecuencias especialmente negativas para políticas como la social y la fiscal. 'Tiene que haber una base común de derechos sociales mínimos, y no hablo de sistemas de seguridad social, porque eso sería pedir demasiado. Pero sí, por ejemplo, unas reglas mínimas para el despido laboral', explicó este político democristiano. También se dijo decepcionado porque en el caso del Estatuto de la Empresa Europea, debido a la oposición del Gobierno español a la cogestión, sólo se alcanzara 'un acuerdo muy modesto', que él mismo se negó a aceptar cuando su país tuvo la presidencia de turno de la UE, en 1997.

Según el luxemburgués, la falta de acuerdo sobre estas cuestiones se debe en buena medida a que no hay suficiente debate sobre cuál sería el modelo concreto de política social o fiscal de la UE, de manera que los Estados miembros se niegan a 'dar un salto al vacío'. Y así, señaló, la Europa social no avanza ni cuando gobierna el centro-derecha ni cuando, como ahora, los Gobiernos son mayoritariamente socialistas.

Pérdida de tiempo

En el caso de Niza, no parece ajena a estos hechos otra observación crítica de Junker: 'Se perdió mucho tiempo en un debate malsano sobre países grandes y pequeños que no tenía más función que contentar a las respectivas audiencias nacionales. El debate sobre el número de votos es absurdo; hay que hacer más Europa y menos cálculos. Luxemburgo es pequeño, porque lo es, aunque acorte su distancia en votos con Alemania, que siempre será un país grande. Puedo decir que los tres países del Benelux, con 29 millones de habitantes, tienen más votos que España. Y eso no quiere decir nada'.

El primer ministro luxemburgués reiteró, sin embargo, que no es un decepcionado de Niza, 'porque este tratado hace posible la ampliación', y previó una Europa futura en la que 'las naciones no van a desaparecer' y en la que el nivel decisorio de la Unión coexistirá con el nacional y el regional. Sostuvo Junkers que la UE no deberá inmiscuirse en el debate sobre el reparto de competencias entre los Estados más grandes y sus regiones.

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