Enconadas batallas con varios frentes

El sector eléctrico nunca ha dejado de ser un hervidero que rebasa fronteras. Desde hace meses, y dejando al margen los problemas de apagones que sufre California, coinciden en España batallas empresariales que tienen su raíz en la liberalización que vive el sector. Y en esa pelea están involucradas las cuatro compañías que permanecen: Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa e Hidrocantábrico.

Las dos primeras, que copan el 80% de la cuota de mercado, han sellado un acuerdo para fusionarse y están pendientes de lo que diga el Gobierno sobre las obligaciones que deben cumplir para ello. La última, la más pequeña, es un bocado apetecido desde hace más de un año por distintos grupos, entre ellos Unión Fenosa, que tuvo que retirar la oferta de compra sobre la compañía asturiana ante la oposición de los Gobiernos central y regional.

Los dos frentes están abiertos. Es posible que las exigencias del Ejecutivo puedan hacer meditar a los responsables de Endesa e Iberdrola sobre la conveniencia de seguir adelante con la fusión. Se sabe desde hace tiempo que la concentración llevaría emparejada la venta de activos para que la creación de un gigante eléctrico no vulnerara la libre competencia. Pero otra cosa es que estén de acuerdo con el alcance y el método que se vaya a emplear para esas desinversiones.

En el otro costado, el consejo de Hidrocantábrico volvió a rechazar ayer otra OPA como ya hiciera con los americanos de Texas Utilities (TXU). Le tocó el turno al aguerrido empresario Juan Miguel Villar Mir, que no consiguió que le abrieran las puertas por muy acompañado que fuera de la firma alemana EnBW. Otras como Electrabel o RWE también llaman a la puerta.