Convergència irrita de nuevo a Unió al proponer la fusión de ambos

Los dirigentes de Convergència Democràtica (CDC) volvieron ayer a abrir la caja de Pandora al proponer a sus socios democristianos de Unió (UDC) la fusión entre ambos partidos como la mejor fórmula para garantizar la continuidad de la coalición nacionalista sin sobresaltos. Pero en Unió no están por la labor. En su congreso de diciembre, este partido ya descartó una posible fusión y apostó por mantener su propia identidad.

Aunque el presidente de la Generalitat y de CDC, Jordi Pujol, se esfuerce en negarlo, Convergència aspira a sacar el máximo rédito posible a la actual debilidad política y división interna de sus socios en el Gobierno catalán. Y si la respuesta de los democristianos al nombramiento de Artur Mas como conseller en cap o jefe de Gobierno -el asunto más espinoso de toda esta crisis- ha consistido en una simple pataleta, ahora los convergentes se sienten más fuertes que nunca y dispuestos a lanzar cualquier propuesta con vistas a la refundación de CiU.

No importa que Unió rechazara la fusión con Convergència en su congreso de diciembre. Ayer, tras la reunión del consejo nacional -máximo órgano de decisión entre congresos- de CDC Artur Mas apostó claramente por la fusión entre los dos partidos de la coalición como el mejor marco para afrontar el futuro sin tensiones. 'Ésta sería la estabilidad más definitiva', manifestó Mas en conferencia de prensa, 'pero tampoco pretendemos orientar las conversaciones hablando de conceptos. En cualquier caso, debería ser una fórmula irreversible'. Si los democristianos aceptan la fusión, CDC será 'generosa' en las contrapartidas y no descarta ofrecer a Josep Antoni Duran Lleida, el presidente de Unió, la secretaría general del partido resultante.

Nuevo marco de relaciones

Los dos partidos coligados iniciarán esta semana las negociaciones que les deben encaminar, en un plazo de dos meses, a un nuevo marco de relaciones. El consejo de Convergència evidenció ayer no sólo la tranquilidad con la que el partido afronta este diálogo, sino también el respaldo con que cuenta Pujol por los cambios realizados en su Gobierno, con el encumbramiento de Mas. Sólo dos consejeros se pronunciaron por dar un ultimátum a los democristianos y lamentaron que CDC haya sido demasiado complaciente con Unió.

El presidente de la Generalitat reiteró la tranquilidad con que ha afrontado los cambios en el Ejecutivo aunque precisó que 'el futuro demostrará si el resultado ha sido tan bueno como queríamos'. Pujol dijo que no son justas las críticas que le dirigió Duran Lleida al acusarle de haberse aprovechado de la debilidad política de Unió por el caso Pallerols (presunta financiación ilegal de Unió a través de los fondos europeos de ocupación). 'Lamento que diga estas cosas porque sabe que no son verdad', añadió. Desde la radio de la Generalitat, Duran Lleida lanzó un mensaje tranquilizador al presidente catalán al afirmar que Unió continuará apoyando al Gobierno aún en caso de ruptura de CiU.