El sur agraviado
La construcción de una gran central eléctrica de gas en la Ribera d'Ebre provoca un fuerte rechazo social
El Plan Hidrológico, el Mapa Eólico que permite la instalación de enormes generadores en espacios naturales y el proyecto de construcción de una central eléctrica de ciclo combinado de gas en Móra la Nova (Ribera d'Ebre) han convulsionado las Tierras del Ebro y han provocado la formación de plataformas ciudadanas de oposición en las comarcas de Ribera d'Ebre, Terra Alta y Priorat. Retorna con fuerza, además, el sentimiento de agravio histórico en las comarcas del sur.
El Priorat ya estaba movilizado contra la implantación de parques eólicos en el Montsant. Pero, además, como la Ribera y la Terra Alta, está afectada por la construcción por parte del gigante eléctrico norteamericano Enron de una central térmica combinada de gas de 1.600 megavatios (equivalente casi a dos grupos nucleares) en Móra la Nova. Las plataformas de las tres comarcas tuvieron su primera reunión conjunta el fin de semana pasado en Falset, donde se congregaron más de 1.500 personas.
Ramón Roig, uno de los portavoces de la plataforma de la Ribera d'Ebre, explica que la planta de Enron, de las mayores de Europa, con cuatro torres de refrigeración, supondrá una distorsión en la zona, 'cuyo futuro está en el turismo, la fruta dulce, el aceite y el vino, sectores que se verán afectados por la central. Sabemos que las centrales de gas son menos contaminantes que las de otro tipo, pero contaminan, y la proyectada en Móra contaminará más porque es de las mayores', añade.
Roig asegura que, además, se prevé que la central pueda funcionar con gasóleo, combustible muy contaminante, en condiciones excepcionales y cuando las autoridades lo permitan. 'Ello podría suceder', añade Roig, 'por ejemplo, si los argelinos dejan de suministrar gas, y la situación puede resultar indefinida'. Roig recuerda que el microclima de Móra la Nova, con gran humedad ambiental y nieblas habituales, supone la multiplicación del efecto contaminante por dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno emitidos por la futura central eléctrica, lo cual, a corto plazo, acidifica la tierra y, a largo, la desertiza. El perjuicio para la agricultura será total, añade. La deposición de residuos contaminantes podrá alcanzar un radio de 25 kilómetros, según cálculos de los opositores.
La preocupación en el sector vitivinícola, con un gran potencial de futuro, es patente: las denominaciones de origen del Priorat, Montsant y Terra Alta han manifestado su oposición a la central. 'No queremos arriesgarnos, la calidad del aire afecta a cualquier planta y nosotros apostamos por un producto cada vez más ecológico. Hemos invertido mucho y ahora empezábamos a levantar cabeza con el vino', apunta el vinatero Joan Anguera, de la futura D.O. Montsant. 'En Francia, incluso, se están planteando descalificar las viñas cercanas a las autopistas. Cuando explicamos a los importadores franceses el proyecto de Enron, nos dicen que ya nos podemos despedir Poblaciones como Tivissa, Miravet, Benissanet, Corbera y otras tantas del Priorat (a falta de la convocatoria de la mayoría de plenos municipales) se han adherido a los postulados de la plataforma. El Consejo de la Ribera d'Ebre ha solicitado la paralización de la tramitación del proyecto hasta que se puedan contrastar los datos ofrecidos por la empresa con los estudios encargados a la Universidad de Barcelona y a la Rovira i Virgili.
El alcalde de Miravet, el independiente Joaquim Marsal, considera que Plan Hidrológico, el Mapa Eólico y Enron 'son agresiones al territorio' y recuerda que estos proyectos no son los primeros en una zona que se siente históricamente menospreciada. Marsal y Roig afirman que la planta requiere utilizar agua del río Ebro y pretende la detracción de 20 hectómetros cúbicos al año, 'el 2% de lo previsto en todo el Plan Hidrológico; es mucha agua'. Además, recuerdan que el impacto visual de la futura central, afecta al plan de navegabilidad del Ebro, en el que la Generalitat ha invertido más de 1.000 millones de pesetas.
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