Nueve menores excarcelados de Alcalá-Meco estrenan el nuevo reformatorio de El Pinar

La mayoría de los 22 preventivos excarcelados están acusados de robos con violencia y tráfico de drogas. Además de ellos, otros 11 jóvenes que estaban recluidos en Alcalá-Meco en calidad de penados (que ya habían sido juzgados y condenados) han salido en libertad vigilada a lo largo de los últimos días.

Ayer pasaron también por los juzgados de menores otros nueve chicos de 16 a 18 años que cumplían la prisión preventiva en los reformatorios Renasco y El Madroño. A los integrantes de este grupo tenían que serles revisados sus expedientes para adaptarlos a la nueva ley que ayer entró en vigor. Cuatro han salido en libertad vigilada y el resto han regresado a los centros de reforma en que se hallaban.

La sede de los juzgados de Menores, en la calle de Fernández de la Hoz, tuvo ayer una actividad inusual. A lo largo del día fueron varios los furgones que trasladaron a esta sede judicial a jóvenes de 17 y 18 años para que los jueces revisasen sus expedientes siguiendo los dictados de la nueva ley. Algunos cumplían la prisión preventiva en la cárcel y otros en los diversos reformatorios de la región.

A las tres de la tarde un enorme autobús de la Guardia Civil, de los conocidos como canguros, que se usan para trasladar decenas de presos desde las cárceles a los tribunales, aparcó delante de los juzgados de Menores. En el enorme vehículos viajaban 16 chavales excarcelados de la prisión de Alcalá-Meco. Unos minutos después, los agentes sacaron a seis chicos y los introdujeron, sin esposar, en una furgoneta del Cuerpo Nacional de Policía.

Pero el resto de los ocupantes del furgón celular no empezó a salir hasta pasada una hora y media. La larga espera en los pequeños compartimentos del autobús destinados a cada preso rompió los nervios de los jóvenes que comenzaron a gritar y a propinar patadas en la chapa del vehículo.

'Caso Lucrecia Pérez'

Entre los jóvenes penados que han abandonado la cárcel se encuentran tres condenados a 24 años de reclusión cada uno por el asesinato, el 13 de noviembre de 1992, de la inmigrante dominicana Lucrecia Pérez en la antigua discoteca Four Roses de Aravaca. El hecho supuso el primer asesinato de tintes racistas ocurrido en España. Según Efe, la Sección Sexta de la Audiencia Provincial acordó la libertad de Felipe Carlos Martín, Víctor Julián Flores y Javier Quilez, por haber superado los diez años de internamiento que establece la nueva ley en casos de terrorismo, asesinato o agresión sexual. Los tres cometieron el crimen cuando contaban con 16 años de edad.

Las obras del nuevo reformatorio de El Pinar, con 40 plazas, iniciadas hace sólo 11 días en lo que antes era la residencia para niños desamparados de San Vicente, continuaron contrarreloj durante toda la noche del viernes. Ayer por la mañana seguía sin vallar el patio exterior del centro y los operarios se afanaban en hormigonarlo.

A las diez de la mañana, nueve furgonetas de policías antidisturbios permanecían apostadas a la entrada de la Ciudad Escolar Colegio San Fernando, donde está el reformatorio. Su presencia se debía a que el Gobierno regional temía que se produjesen altercados con la llegada de los primeros jóvenes excarcelados. Durante esta semana, los padres, alumnos y profesores del Instituto San Fernando, situado a 500 metros de El Pinar, se han manifestado contra la apertura de este reformatorio a 500 metros de sus aulas por considerar que generará inseguridad. Unos 200 padres, alumnos y profesores permanecían encerrados desde las diez de la noche del viernes en la Ciudad Escolar en protesta por este centro.

Pero los agentes no tuvieron que intervenir porque a las once de la mañana los padres dieron por finalizado su encierro y se marcharon a sus casas tras permanecer toda la noche sin dormir. Pero su intención es reunirse en asamblea los viernes.

Allí sólo quedaban, al mediodía, una veintena de representantes de CC OO para mostrar su rechazo no a la ubicación del reformatorio, sino a su privatización, ya que se ha concedido su gestión a la asociación Cicerón. Además de El Pinar, en Madrid hay otros tres reformatorios para menores delincuentes: Renasco, El Madroño y Altamira (semiabierto), con 47 plazas en total. El Defensor del Pueblo pidió en 1997 el cierre del Renasco, un semisótano con humedades, por creer que no reúne condiciones. Pero sigue abierto.