Francia acaba 2000 con una inflación del 1,6%, menos de la previsión oficial

Los precios al consumo retrocedieron un 0,1% en Francia durante el mes de diciembre, lo cual ha permitido volver al 1,6% en la tasa de inflación de los 12 últimos meses, en vez del 1,8% que se esperaba. Los datos han sido facilitados por el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (INSEE) y sus expertos explican que la razón esencial de esos índices es la baja del precio de los productos petrolíferos y al fortalecimiento del euro frente al dólar.

A ello se añade un desacostumbrado descenso de los precios de los productos frescos, en función de 'condiciones climáticas favorables', matizado por alzas de otros productos de alimentación. Los datos facilitados son de carácter global y el INSEE no disponía ayer de detalles como los índices de precios de los distintos tipos de carnes, un sector afectado por la crisis de confianza en el vacuno vivida durante el último trimestre de 2000, cuyos efectos duran todavía.

Esta evolución ha sorprendido a los analistas, que subrayan la rapidez con que se ha calmado la tendencia inflacionista apreciada en los meses anteriores. Los buenos efectos se han dejado notar con dos o tres meses de avance respecto a las previsiones de los analistas y serán positivos para el poder de compra de los franceses, afectado en los últimos meses por la explosión de precios del petróleo del otoño pasado.

Por el contrario, el comportamiento de la economía francesa en el tercer trimestre de 2000 fue algo más decepcionante de lo esperado. Frente a las estimaciones de que el crecimiento iba a ser del 0,7%, los datos difundidos ayer lo dejan en una progresión del 0,6%. El dato está en línea con la idea de que se ha iniciado una desaceleración de la economía, tras el pico alcanzado en el segundo trimestre del año.