Rivaldo se acerca a la media de Ronaldo

Da igual dónde sea: o marca, como el martes, un gol en plena pelea con el barro, o mete un hat-trick en San Siro. Rivaldo, el delantero brasileño del Barça, logró el miércoles en la Copa del Rey su gol número 100 como azulgrana e ingresó así en el selecto club de los elegidos. Sólo ocho futbolistas de la historia del Barça han alcanzado esos registros. Tras librarse del corsé de la banda izquierda al que le sometió Van Gaal durante tres temporadas, Rivaldo está dando ahora lo mejor de sí mismo: suma 20 goles en 23 partidos (se perdió tres de Liga y dos de Copa) y su media, 0,8 por encuentro, se acerca a la de Ronaldo cuando sorprendió a medio mundo en 1996 al lograr 48 en 49 citas con el Barça.

'No me planteó cuántos goles más puedo meter ni creo que sea éste mi mejor momento aquí. También he tenido otros muy buenos', dijo el brasileño tras el entrenamiento de ayer. Pero no todo es una cuestión de azar o de suerte. Rivaldo logró el Balón de Oro la temporada pasada, pero ha sido ahora cuando ha eclosionado definitivamente, tras liberarse de las dos losas que arrastraba hace un año: el desgaste de su relación con Van Gaal y su enfrentamiento con el ex presidente Josep Lluís Núñez, a quien acusó de incumplir su promesa de mejorarle la ficha. Con los sucesores de uno y de otro, todo ha sido diferente. Tras la marcha de Figo, nadie discutió quién debía ser el rey. El presidente, Joan Gaspart, se apresuró a doblarle el sueldo (1.100 millones de pesetas por año) y el técnico Serra Ferrer, a diferencia de su antecesor, cuida ahora a Rivaldo como oro en paño: la media punta es suya y cuando conviene le da descanso. 'Algunos dijeron que era un privilegiado por no ir a Ceuta y en Torrelavega jugué en un campo mucho peor y metí el gol', dijo en alusión a sus críticos.

Sus números no aceptan discusión: 28 en su primer año, 29 en el segundo, 23 en el tercero y ahora, cuando no ha pasado ni la primera vuelta, 20. 'Las cosas me están saliendo bien. Siempre he dicho que puedo rendir más arrancando desde atrás que desde la banda. Ahora tengo libertad', afirmó ayer, visiblemente satisfecho. Y especialmente por algo: no ha dado el menor argumento a quienes auguraron que no soportaría la presión de su ficha, porque está metiendo más goles y más decisivos que nunca. 'Siempre he tenido mucha confianza en el campo y las mismas ganas de siempre. La gente me trata muy bien', explicó mientras buceaba en su memoria. Se queda con el gol de chilena que metió al Valladolid, el que recibió el Atlético de Madrid desde el medio del campo y el que endosó a la Real tras regatear a varios defensas. Y acaba anunciando que ve su futuro en el Barça: 'Estoy pensando en quedarme para volver a ser el número uno y ayudar a ganar títulos. El año pasado fue negro'.