El tremendo choque de Sietes
José Manuel Suárez Rivas, Sietes -su nombre futbolístico hace honor al pueblo asturiano en el que nació hace 26 años- se retiró el pasado domingo de Mestalla sin saber que estaba en Valencia, que era jugador del Racing y que ese día, el 7 de enero, acababa de chocar, cabeza con cabeza, con el valencianista Angulo. No era para menos después del encontronazo con su paisano, que saltó a por todas en busca de un balón aéreo sin dueño en el área racinguista. Angulo se recuperó raudo, pero Sietes, que fue sustituido por Vivar Dorado, abandonó el campo en camilla con una fuerte conmoción cerebral y la mirada perdida. El jugador fue ingresado en la Clínica Quirón, de Valencia, cuyos médicos han descartado que sufra una lesión de gravedad. Tan sólo, un gran chichón. Sietes ha pasado dos noches en observación y hoy abandonará el centro sanitario, en el que fue visitado por Angulo y por el presidente del Valencia, Pedro Cortés.
La primera noche, Sietes padeció fuertes mareos y no pudo dormir. Algo aconsejable, pues, en principio, no le convenía dormir más de dos horas seguidas. Ayer, tras una radiografía y una resonancia en el cuello, se le diagnosticó un fuerte traumatismo y un esguince cervical, por lo que le fue colocado un collarín.José Manuel Suárez Rivas, Sietes -su nombre futbolístico hace honor al pueblo asturiano en el que nació hace 26 años- se retiró el pasado domingo de Mestalla sin saber que estaba en Valencia, que era jugador del Racing y que ese día, el 7 de enero, acababa de chocar, cabeza con cabeza, con el valencianista Angulo. No era para menos después del encontronazo con su paisano, que saltó a por todas en busca de un balón aéreo sin dueño en el área racinguista. Angulo se recuperó raudo, pero Sietes, que fue sustituido por Vivar Dorado, abandonó el campo en camilla con una fuerte conmoción cerebral y la mirada perdida. El jugador fue ingresado en la Clínica Quirón, de Valencia, cuyos médicos han descartado que sufra una lesión de gravedad. Tan sólo, un gran chichón. Sietes ha pasado dos noches en observación y hoy abandonará el centro sanitario, en el que fue visitado por Angulo y por el presidente del Valencia, Pedro Cortés.
La primera noche, Sietes padeció fuertes mareos y no pudo dormir. Algo aconsejable, pues, en principio, no le convenía dormir más de dos horas seguidas. Ayer, tras una radiografía y una resonancia en el cuello, se le diagnosticó un fuerte traumatismo y un esguince cervical, por lo que le fue colocado un collarín.
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