El Celta ya no seduce
El equipo que ondeó la bandera del buen fútbol en los últimos años se desinfla
Muchos celtistas se pusieron a temblar cuando ayer escucharon a su entrenador, Víctor Fernández, asegurar que los problemas del Celta se arreglan con trabajo. Éste y los demás tópicos que persiguen a los equipos en barrena se dan cita en Vigo: la ratificación del técnico, los silbidos del público y la promesa de solucionarlo todo con tres victorias consecutivas. Mientras éstas se retrasan suma el Celta ocho jornadas sin ganar y completa, con 19 puntos, el arranque de temporada más desastroso desde que regresó hace nueve años a Primera.
La transformación de aquel grupo que hace dos temporadas exhibía tal vez el mejor fútbol del continente, que luchaba a estas alturas del curso pasado por el liderato, en el que ahora se precipita hacia los puestos de descenso se ha producido de forma suave pero imparable. Llegó el Celta tercero a la jornada 18ª del curso pasado con 28 puntos, y ahora es 16º, con 19.
Se pregunta la gente del Celta qué le pasa a su equipo, y las decisiones de su entrenador comienzan a examinarse en el microscopio. Resultó todo un síntoma que tras el gol de Las Palmas, este domingo, la grada corease no el nombre de algún futbolista desequilibrante o goleador, sino el de Giovanella, un eficaz pero modesto recuperador de balones. Cuando esta temporada, el Celta visitó el equipo Chamartín algunos periódicos se molestaron en recuperar la foto del que hace dos años sacudió al Madrid. De aquellos jugadores sólo quedan inscritos Mostovoi y Karpin, ambos de físico renqueante y más que esporádicos miembros del once titular. La lista de los que ya no están es interminable: Míchel Salgado, Sánchez, Penev, Berges, Dutruel, Revivo, Makelele, Mazinho...
Para parte de la crítica, los problemas empezaron el día que a Mazinho comenzó a fallarle la rodilla izquierda. Faltaba apenas un mes para que el Celta ingresara por primera vez en la Liga de Campeones y el destino sólo compensó su fútbol arrollador con la UEFA. El brasileño ya no se recuperaría y el otro elemento que distinguía al Celta del resto, Mostovoi, comenzaba un declive físico que le ha convertido en un jugador de veinte minutos. También como todo equipo en crisis apeló el club a los fichajes de invierno, y el primer balón que tocó el recién llegado Berizzo, central contratado del River Plate, acabó en la portería de Cavallero.
Mientras las rencillas en el vestuario comienzan a trascender, el equipo conserva sólo el aliento gracias al paso firme del equipo en la UEFA y en la Copa.
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