Al Atlético se le moja la pólvora
Sin Salva en punta, los rojiblancos no pudieron batir al Albacete
Sin una referencia en punta, sin Salva -sancionado-, el Atlético pinchó en hueso. El hueso fue el Albacete. Desbordado por afuera, con Aguilera y Correa cansándose de romper y centrar, pero sin encontrar rematador. Sin pegada. Los rojiblancos se mostraron ordenados ante un equipo menor. También se quedaron a las puertas de la goleada. Tuvieron muchas ocasiones pero, por falta de diana, no clavaron ni una.
El Albacete comenzó entusiasmado. Corrían sus muchachos pero sin efecto. Hacia el descanso encontró su medida, y se arrugó. Fue retrocediendo hasta su cueva sin ningún pudor: con cuatro marcadores atrás y tres centrocampistas-tapón que castigaron con patadas a Hugo Leal y Correa cada vez que se internaron -el árbitro hizo mutis-.
El Calderón se embarulló con unos 30.000 aficionados, espoleados por la victoria de la Copa. Parecían gente feliz. Deudora de un optimismo genético. Como el campo no les brindó alegrías, estuvieron pendientes de la radio. De la radio y de Vitoria, donde jugaba el Madird, el enemigo. El Frente Atlético respondió con una salva de petardos y aplausos al gol que Téllez les hizo a los blancos. Fue una ovación digna de campeonato. Todo por no aburrirse.
El Atlético presentó la misma solidez que en la Copa. Funciona bien la defensa de cuatro en línea. Herrera y Santi, los centrales, juegan apoyados por Gómez en el medio, y Carcedo por delante, cortando y conduciendo con ímpetu. Por delante, Huego se mueve entre líneas como enganche puro. El portugués da velocidad al juego y se mete en la zona del segunda punta. Por las bandas, los extremos, Aguilera y Correa, ofrecen un rendimiento constante. Hasta ese punto el Atlético tiene creádito. A la hora de tirar a puerta es cuando se pincha el globo.
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