Duelo de terror entre los actores Francisco Rabal y Federico Luppi
José García Hernández estrena su primer largometraje, 'Divertimento'
Francisco Rabal y Federico Luppi son la esencia de Divertimento, un filme donde José García Hernández pone a los dos actores frente a frente, solos ante un teatro vacío que sirve de escenario para un duelo de terror mental y físico. Divertimento, que se estrena el próximo día 12, es la ópera prima de García Hernández, que ha querido 'empezar desde lo más alto', desde lo más difícil y con una película 'arriesgada'.
El cineasta, tras una labor en cortometrajes y anuncios de televisión, presentó ayer Divertimento, su primer largometraje, cuyo guión firma Manuel Ortega, un texto que enganchó desde el primer momento a García Hernández y cree enganchará también al espectador desde el primer minuto de metraje y hasta el último, pues plantea una pregunta crucial: ¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar para conseguir lo que deseas?
En este caso es Federico Luppi quien debe responder a esta cuestión metido en la piel de Daniel Osantos, un actor de televisión, popular, rico, pero sin prestigio profesional. Y ese prestigio se lo jugará a una sola carta, a un personaje teatral que lleva interpretando toda su vida Bernardo Gabler (Francisco Rabal), a quien él pretende relevar.
Gabler, ególatra y divo, someterá a Osantos a todo tipo de vejaciones morales como si de un juego de resistencia se tratase para ver hasta qué punto está preparado para ese papel. Un juego lleno de trampas, de trucos y golpes bajos que recuerdan la película La huella, de Mankievicz, donde se batían Laurence Olivier y Michael Caine.
De ahí que García Hernández hable de haber empezado su carrera 'desde arriba', enfrentando a dos actores de la talla de Rabal y Luppi, dos actores que, si bien en un principio le daban miedo, luego, 'con la confianza ganada', resultó ser 'una auténtica delicia'. Una delicia que tuvo que controlar, pues, como explicó, 'ellos son dos maestros que dominan todos los tonos, todos los registros. Y mi labor consistió en buscar un equilibrio, en seguir el punto que me había planteado desde el principio para navegar por la historia'.
Francisco Rabal no pudo asistir ayer a la presentación de Divertimento por encontrarse en Barcelona trabajando. Federico Luppi dijo que aceptó el papel, en gran medida, por la posibilidad de volver a rodar con Paco Rabal, con quien coincidió en La vieja música, de Mario Camus. En aquel momento le llamó la atención esa forma de interpretar 'terráquea, rotunda y exuberante' que dominaba Rabal.
'Quería ver cómo él organizaba su mundo actoral, cómo se plantaba ante la cámara. Era un planteamiento egoísta que resultó muy benéfico, pues descubrí en él a un actor con instinto animal, para quien la cámara no existe, y eso es algo con lo que sueña cualquier actor, porque siempre se nos pide: ¡no actúe!, ¡viva! Y eso es lo más difícil de conseguir', declaró Luppi, quien ha recibido la oferta de Manuel Gutiérrez Aragón de interpretar la segunda parte de Don Quijote.
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