Javier Guevara afirma que si el único PNV es 'el de Arzalluz y Egibar' habrá que 'reinventar' el partido
El ex parlamentario vasco y ex militante del PNV Javier Guevara salió ayer en defensa de su hermano, Emilio Guevara. La organización local del PNV donde éste milita está sopesando denunciarle ante los tribunales internos del partido bajo la acusación de incitar a la militancia a amotinarse contra el presidente del PNV, Xabier Arzalluz. Esa posible iniciativa será debatida la próxima semana. En un duro artículo publicado ayer en El Correo y en El Diario vasco, Javier Guevara afirma que si el único PNV existente es 'el de Arzalluz y Egibar', tal y como se le ha dicho a su hermano en la Junta municipal nacionalista de Vitoria, 'si ese PNV que Emilio y muchos otros queremos ya no está ahí, habrá que volver a inventarlo'. Para Guevara, quienes estarían fuera de la legalidad interna del PNV son sus dirigentes más significados, a quienes atribuye 'demencia política', 'ignorancia histórica', 'integrismo racista' y 'un frívolo afán de pasar a la historia como pacificadores'. A ellos les dedica esta frase: 'No habéis traído paz con honor, sino guerra con deshonor'.
Javier Guevara pidió la baja en el partido y devolvió su carné el pasado mes de noviembre, después de haber dejado la primavera pasada su escaño en el Parlamento vasco. En ambas ocasiones justificó su decisión en motivos personales y profesionales.
El ex peneuvista pone en duda que el partido lleve a su hermano a los tribunales internos pero aún así sugiere cuál podría ser la estrategia con la que éste se defendería llegado el caso: denunciar a su vez a los promotores de la actual línea del PNV y exigirles, en consecuencia, responsabilidades políticas.
Si frente a la demanda que anuncia el presidente de su Junta municipal Emilio Guevara opusiera la suya y prosperara, 'no será él quien deba ser excluido del partido', sostiene su hermano. 'Serán otros los que sobren o los que nunca debieron estar. Aquéllos que han puesto al PNV al borde del precipicio y a la sociedad vasca al borde de la confrontación', añade Javier Guevara. '¿Qué ocurriría si al tiempo que defendiese sus tesis como propias del partido denunciara a su vez el rumbo seguido en los últimos tiempos como contrario a lo que ha sido la trayectoria histórica del partido y demandara a sus promotores las pertinentes responsabilidades?', se pregunta. A su juicio, las tesis defendidas por su hermano son las que el PNV ha venido manteniendo y reivindicando 'desde su fundación y hasta hace bien poco'.
Por el contrario, encuentra dogmática la premisa del 'ser para decidir' [nombre de la ponencia aprobada por el PNV en su asamblea de hace un año] y reivindica 'el partido de Aguirre, Irujo, Landaburu y tantos otros', acogido en los ámbitos internacionales, respetado por la talla política y humana de sus dirigentes y por la firmeza democrática de sus planteamientos. Ese modelo de partido, dice Guevara, habría logrado cerrar enfrentamientos de dos siglos con un reencuentro de la mayoría de los vascos en el marco del Estatuto de Gernika.
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