Aznar: ese hombre
Llegó al poder en 1996 viéndose obligado a hablar catalán en la intimidad. Y lo dejará -si es que lo deja, haciéndole caso a Pedro J. y no a Rajoy- cantando posiblemente aquello De Isabel y Fernando el espíritu impera.... Faltan todavía tres años, pero de momento ya nos ha obsequiado con el famoso "decreto de humanidades", mediante el cual se pretende que no se pierdan algunas de las más valiosas y significativas esencias patrias que la historia de España ha consagrado. Verbigracia: que los Reyes Católicos (Isabel y Fernando) fundaron el primer Estado moderno de Europa (¡!); que España es obra de Castilla; que el Cid es la quintaesencia del espíritu patrio, etc., etc. En definitva, todos esos valores que tantos días de gloria nos han dado y que ahora, con la llegada de la democracia, y aprovechando la libertad, de expresión y de cátedra, los nacionalistas-separatistas de siempre quieren desterrar de las conciencias de los españoles de bien, "falsificando y manipulando la historia en beneficio de sus bastardos intereses que lo único que buscan es la destrucción de la patria". Porque historia de España sólo hay una: la que gira en torno a Castilla. Y Menéndez Pidal es su profeta.El señor Aznar, en 1996, llegó al poder por primera vez hablando catalán en la intimidad. En 2000, hace unos meses, volvió a alcanzar el poder por segunda vez pero, ahora sí, ¡por mayoría absoluta!. Y cuando se tiene mayoría absoluta, el catalán no sirve de nada. En todo caso, es una cuestión menor que el señor Aznar ha delegado en su ministro Piqué. Aznar había prometido que sólo ocuparía el cargo de primer ministro en dos legislaturas. Esta es la segunda. El vicepresidente Rajoy apuntó no hace mucho la posibilidad de que Aznar pudiese repetir y presentarse a la tercera reelección, faltando a su palabra pero en bien de todos los españoles. "¡Alto, ahí!", se dijo el periodista de cámara del PP, el polanco del régimen aznarista, Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, tan beneficiado por las concesiones mediáticas del gobierno. (El de Aznar y el de Zaplana). El presidente Aznar, vino a decir Pedro J., es un hombre de palabra. Y cumplirá su compromiso. Y no sólo eso sino que se atrevió a designar su sucesor en la persona de Rodrigo Rato. Y como persona agradecida que es, ha nombrado a Aznar "personaje del año", y le ha ofrecido unas páginas especiales en El Mundo, con entrevista de Victoria Prego y artículo de la señora del presidente, Ana Botella. Es decir: un gran homenaje al primer ministro y señora. Un homenaje de despedida. Porque resulta que la gente se pregunta sobre la sucesión de Aznar. ¿Quién será su sucesor en las próximas elecciones como cabeza de cartel en las listas del PP? Pedro J. nos ha despejado las dudas: ¡Rodrigo Rato!. En la entrevista que Victoria Prego le hace en El Mundo, el señor Aznar dice, refiriéndose a su sucesión que "...todavía no ha llegado el tiempo, pero sé lo que tengo que hacer, sé cuando lo voy a hacer y sé como lo voy a hacer". Es decir que, como el otro, el señor Aznar lo va a dejar todo "atado y bien atado". Dios quiera que sea a satisfacción de los deseos de Pedro J. Polanco (quiero decir, Ramírez). Algunos han tenido la humorada de sugerir a Zaplana como sucesor de Aznar. La opinión de Pedro J. ha sido contundente: Zaplana aún "está verde". ¡Qué le vamos a hacer!. El poder valenciano tiene que esperar. No le ha llegado su hora, todavía. Pero...¿y si Aznar repite?.
