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Pujol propone combatir el terrorismo con el "patriotismo constructivo" El presidente afirma que las soluciones deben partir de Euskadi

El Jordi Pujol de las parábolas y las citas de Màrius Torres, el detractor de cofoistes y malthusianos, salió ayer a la palestra para poner las cosas en su sitio. El objetivo: partir de la condena decidida del terrorismo para afirmar "el patriotismo constructivo". Y para recordar a socialistas y populares que él puede mediar con el PNV. "Pero el problema no lo tenemos aquí", matizó, "está en el País Vasco. Sólo lo podrán resolver los vascos, con la ayuda que podamos dar, y desde Cataluña siempre lo hemos procurado".

Pujol lanzó ayer su mensaje de fin de año, que fue retransmitido por TV-3, con la vista puesta en la actividad etarra en Cataluña y en las reiteradas demandas de mediación que le han lanzado, especialmente desde las filas socialistas: "Podemos ayudar y siempre intentaremos hacerlo tanto como podamos, pero en último término la paz ha de germinar en tierra vasca, plantada y protegida por los hombres y las mujeres de Euskadi". El discurso del presidente catalán, con un marcado carácter político, tuvo lugar tras sus dos últimas ruedas de prensa, en las que dijo que el pacto antiterrorista suscrito por el PP y el PSOE va en contra del nacionalismo y que está dispuesto a hacer de "lubricante" entre el PP y el PNV."Antes que nada debemos lamentar los muertos y recordar a sus familias, y dedicar nuestro esfuerzo principal a evitar que haya más víctimas. Pero además debemos tener presente que el objetivo de los terroristas es también minar nuestra moral y nuestra cohesión. Y eso también lo debemos evitar", subrayó. El presidente catalán recordó que en los 35 años de existencia de ETA ha causado 54 muertos en Cataluña y mencionó que, después de atentados como los de Hipercor, Vic y Sabadell, "ahora han vuelto" y durante este otoño han asesinado a José Luis Ruiz Casado, Ernest Lluch, Francisco Cano y Juan Miguel Gervilla. Pujol apostó por un "rechazo sereno y decidido de la criminalidad terrorista, sabiendo que quizá esta situación puede durar mucho". Por ello es más necesario que nunca, a juicio de Pujol, recurrir al "no nos moverán" y apostar por "la adhesión a los valores de la paz, la convivencia, el respeto cívico y un patriotismo constructivo".

La parábola del águila

Y puestos ya en asuntos de patriotismo, Pujol desempolvó la parábola del águila. Era una vez un águila a la que unos "hombres malvados" ataron a una roca con una cuerda muy fuerte. El animal se cansó de batir inútilmente las alas sin conseguir liberarse de las fuertes ataduras. Se conformó, cuando el paso del tiempo y un pequeño esfuerzo le hubieran bastado para acabar de romper la cuerda. "Ya me entendéis", continuó un Pujol cómplice.Y por si alguien no se había enterado, dio más pistas: "Y también me entenderéis si os digo que esta historia nos la debemos aplicar los catalanes". Asimismo hizo una defensa del autogobierno. En este sentido, destacó: "Topamos con políticas que entorpecen nuestro desarrollo como pueblo", y expresó su temor a que "eso acabe haciendo "perder fuerza y dignidad, ilusión y libertad" a los catalanes. "Sin una adecuada reacción eso nos podría conducir a la mediocridad, a la marginalidad, a no ser nadie", añadió.

Pero en el nacionalismo, como en casi todo, se puede pecar por exceso o por defecto, y en ambos casos hay condenación. Es decir, se puede ser cofoista o malthusiano. En Cataluña hay gente "insatisfecha", personas que "nunca tienen suficiente", "que piden más y no llegan a valorar lo que han ganado" porque no tiene "suficiente autoestima", y les dice: "No hemos de ser injustos con nosotros mismos venimos de una historia difícil y hemos hecho mucho".

¿Cuál es el lugar justo al que deben llegar los catalanes? Según Pujol, a la ciudad lejana de la que hablaba el poeta católico y nacionalista Màrius Torres. Esa meta que siempre está en un indefinido más allá, que el propio Torres, enfermo, sabía que no vería pero que sería, con seguridad, "más lejana y más libre"

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En el mensaje presidencial no faltó una referencia al tema de la inmigración. "Estamos construyendo Cataluña con instrumentos de paz, de diálogo y de convivencia", teniendo en cuenta la "identidad" de cada uno y el "espíritu de justicia y solidaridad", y dijo que ésta ha de ser la línea que deben seguir "los seis millones de ciudadanos" de Cataluña y "los que vendrán".

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