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Tribuna
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Por Navidad

He vuelto a Madrid. Miguel habrá vuelto a Granada. Siempre lo dijo. El que estará siempre será Carlos. He paseado por el centro. Cogí una cinta de Carlos Cano. Tal vez por estar cerca de Granada. Posiblemente por acercarme a la gente. A esa gente que siempre cantó Carlos. Sus caras tenían rasgos árabes. Llovía. No muy lejos sonaba una música. Eran los mismos rostros. Eran blancos. Polacos, rusos, kosovares. Qué sé yo. Dos violines y un violoncelo te hacían sentir la Navidad. Una mujer acariciaba el violín. Delante caían monedas. Más de cien personas escuchábamos. Seguía lloviendo. La generosidad, y la solidaridad, estaban en la calle. Es Navidad. Ella seguía tocando. Miraba al otro violín. Cada vez se escuchaba mejor. Parecía como si las miradas inspirasen su música. Me alejé. Seguí paseando. En Andalucía también llueve. Pensé en Sierpes, Larios, Puerta Real y en tantas calles de Andalucía. En ellas también existen rostros mojados, que miran, que esperan. En ellos está Carlos Cano. A lo mejor, también se escuchan violines y violoncelos. Puede que un violín mire a otro. Es hora de irse. Es Nochebuena. Toca familia. Cogí un taxi y llegué a casa. Atrás quedaron música y parte de mis pensamientos.Daniel, siempre que estoy en Madrid, prepara un orujo de los de verdad. En esta ocasión, preparó dos, y una copia del BOE. Se ha publicado la Ley de Extranjería. Los inmigrantes hacen cola en Almería. Les robamos su música, y el sudor. Nosotros les damos con la ley. El ejército no llega. Javier Arenas se ríe de la petición que ha hecho la Junta de Andalucía. Mientras ríe, las pateras siguen llegando. El Campo de Gibraltar se convierte en campo de refugiado. Las ONG no paran de trabajar. Surge el padre patera. Dos inmigrantes han dado a luz. Más trabajo para el padre.

Hace años también estuve en Madrid, por Navidad. No llovía. Sólo hacía frío. Entonces vivía Carlos Cano. Hoy también. Mañana, celebraremos la entrada del nuevo año, siglo y lo que haga falta. Mañana, llegaré a Andalucía. Voy a brindar por Carlos y por su hijo Pablo. También por esos inmigrantes que hacen ver que la Navidad, que la generosidad y la solidaridad están en la calle, y no en el BOE. Feliz año.

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