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GENTE

COMIENZA LA FIESTA EN ESCOCIA

Isabel Ferrer

Diez siglos de historia y varias invasiones célebres, desde los vikingos a los normandos, se quedaron en nada ayer en la pequeña localidad escocesa de Dornoch comparados con la expectación levantada por el bautizo de Rocco Ritchie Ciccone, hijo de la cantante estadounidense Madonna y el cineasta británico Guy Ritchie. La pareja, que contraerá matrimonio hoy en el cercano castillo de Skibo, convirtió el sacramento en un acto público. Rocco, de cuatro meses, llevaba un faldón de más de ocho millones de pesetas y entró en la catedral de Dornoch en brazos de su padre. Dentro les aguardaban la actriz Gwyneth Paltrow; el cantante Sting, que entonó un Ave María, y su esposa, Trudi Styler, que presentó a Madonna y Guy hace dos años. El templo tuvo que ser calentado con estufas de gas butano mientras la reverenda anglicana Susan Brown, que casará hoy también a la pareja, insistía en que el bautizo es "un sacramento y no un sarao". La boda en Skibo contará con la presencia de los actores Brad Pritt y Ruppert Everett y la diseñadora Stella McCartney. Pritt, los padres de Ritchie y el pastel de boda sufrieron ayer por la mañana un incómodo retraso por culpa de la niebla en el aeropuerto de Glasgow.-

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