Urrutia reivindica al medio centro
El partido nacía raro por definición. Demasiadas bajas, demasiado miedo, a priori. El Athletic con ocho bajas (siete titulares), el Valencia sin buena parte de sus futbolistas más artísticos (Kily González, Ilie). Todo un enigma.El Athletic interiorizó mejor el miedo. Lo trató con el respeto que exige la situación y con el atrevimiento que reclama la desesperación. Tanto fue así, que puesto a estrenar, casi estrenó el gol con futbolista inhabitual. A Josu Urrutia Txetxu Rojo le reclama que recupere la calidad futbolística que exhibía no hace muchos años y atempere su adrenalina.
A Urrutia, convertido en faro referencial del espíritu del Athletic, la grada siempre le ha criticado su desafecto con el gol. Dotado en ambas piernas, atrevido, solícito en las circunstancias complicadas, Urrutia ha vivido siempre el desagrado con el gol. Cada uno que consigue se celebra como un acontecimiento. Ayer encontró su momento oportuno. Fue un balón centrado por Urzaiz, con la mano, cuando intentaba cederlo con el pecho, y el correspondiente zapatazo se coló en la portería tras rozar en un defensor del Valencia. En cierto modo, el gol redimía a Urrutia, un futbolista singular. De él, decía Jorge Valdano que le sugería lo mismo que De Andrés en sus tiempos de futbolista: "Cuando ibas a San Mamés sabías que en el centro del campo había un problema: De Andrés y su tijera. Después pasaba lo mismo: te esperaba Josu Urrutia. Pero ambos sabían jugar el balón".
A Urrutia le ha vencido la imagen disciplinaria. Incluso cuando el Athletic jugó ante el Aston Villa en Copa de la UEFA, el boletín del equipo inglés recordaba sus problemas con los árbitros.
Rojo quiere recuperar al mejor Urrutia y el jugador le respondió ayer con un gran gol. Otra cosa es que proviniera de una acción ilegal de Urzaiz.
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