Don Sigfrido está enfadado

Al leer el artículo publicado en este mismo diario, el viernes 8 de diciembre, por el actual responsable de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Madrid aparece de forma inmediata una evidencia: D. Sigfrido está enfadado con todos los compañeros de su partido que le han precedido en estos diez años, y con la oposición, porque ejerce su derecho a criticarle.Según Sigfrido Herráez, "si hubiera que hacer balance de las políticas que en materia de circulación y tráfico se han desarrollado en nuestra ciudad, nos encontraríamos con dos grandes grupos: las que se hicieron sin debate ni diálogo y las que se intentan consensuar con todos los que tienen algo que aportar. Por lo general, las primeras se hicieron para salir del paso, con improvisación, buscando dar satisfacción a grupos de interés o persiguiendo el beneficio inmediato sin valorar el futuro; por lo general, las primeras trajeron consecuencias desastrosas para nuestra ciudad".

Teniendo en cuenta que el PP lleva diez años gobernando el Ayuntamiento y el Pacto por la Movilidad, es decir, el diálogo a que hace referencia, se ha iniciado apenas hace seis meses, el artículo es la crítica más certera y despiadada que hemos visto realizar a cualquier responsable político respecto a sus antecesores en el cargo, siendo éstos de su propio partido.

El alcalde Álvarez de Manzano ha puesto, hasta ahora, al frente de las responsabilidades de circulación a cinco concejales distintos, desde un primer teniente de alcalde hasta otros que quedaron inéditos en su gestión. También ha unido y separado sucesivamente a las concejalías de Policía y Tráfico y, por último, las ha cambiado de nombre por si de esta forma se arreglara algo. Cada nuevo concejal del PP que llega al cargo critica lo que hizo la oposición anteriormente y a la vez hace borrón y cuenta nueva de la ineficacia del PP en esos años y Begin the begin.

El enfado con la oposición es debido a que al Partido Popular le ha entrado cierto nerviosismo al darse cuenta, por fin, después de diez años en el poder, de que uno de los más graves problemas de Madrid, el tráfico, no sólo no mejora, sino que ha empeorado, y a partir de esa evidencia ha decidido dolerse públicamente de las críticas que desde el PSOE se vienen haciendo con toda legitimidad democrática, sobre todo porque esas críticas reflejan los graves problemas de circulación que sufren los ciudadanos a diario.

Tiene razón el Sr. Herráez al decir que en los últimos años la política de circulación la han hecho sin debate ni diálogo, rechazando todas las propuestas del PSOE: tanto las incluidas en dos plenos monográficos realizados a petición de este grupo como las más de 150 proposiciones llevadas a los plenos ordinarios, que fueron también sistemáticamente denegadas por el PP. En ellas se contenía una parte importante de las soluciones que hoy reclama el Sr. Herráez como suyas y algunas de las que al menos se atreve a anunciar que va a llevar a cabo.

La última ocurrencia de los conos no es ni más ni menos que el establecimiento, de forma tímida e imperfecta, de plataformas exclusivas para el transporte público, similares a las que el PSOE implantó hace ya doce años, que tuvo una crítica feroz por parte del PP, y que hoy de forma idéntica recogen como obligatorias las recientes Normas para el Diseño de la Vía Pública del Área de Urbanismo del Ayuntamiento.

Pero la ausencia de debate también se ha extendido durante estos años a las organizaciones sociales. El Pacto por la Movilidad, con el que, a petición de la oposición, se pretende iniciar el diálogo, ha quedado reducido a unas pocas reuniones, sin capacidad alguna de acuerdo, modo de actuar que ya ha sido rechazado por las organizaciones y entidades sociales convocadas. Un ejemplo: el Plan para la Navidad, que ya ha entrado en funcionamiento, se pretende consensuar a posteriori en la reunión convocada para el próximo día 19. ¿Cuál es entonces el diálogo que ofrece el PP?

Aunque la intención de estas líneas no es mostrar, una vez más, la ineficacia del PP en temas de circulación y transporte en los últimos años, es necesario darle al Sr. Herráez algunos datos en los que sostener acertadamente la crítica que hace a sus antecesores y a su partido:

El número de autobuses de la EMT (1.814 unidades) es el mismo que hace diez años y su velocidad de circulación en el conjunto de las líneas desciende permanentemente, siendo en 1999 de sólo 14,6 km/h. La siniestralidad producida por el tráfico aumenta año tras año, superando por primera vez, en octubre de 2000, los 20.000 accidentes anuales. El grado de utilización de la ORA es del orden del 4%, mientras el PP promete desde hace ocho años que va a instalar parquímetros en la vía pública. La velocidad de circulación en el centro de la ciudad no supera los 13 km/h, y el coste de la congestión en Madrid se puede evaluar en más de 700 millones de pesetas diarios. Y así sucesivamente.

¿Qué le impide al PP ser eficaz en resolver los problemas de movilidad teniendo desde hace diez años mayoría absoluta? Sólo tiene una limitación: su propia incapacidad.

Indudablemente, el objetivo consciente del artículo del Sr. Herráez era criticar a la oposición; práctica, por otra parte, bastante habitual en su partido. Pero la evidencia de los atascos diarios, del ruido y la contaminación del tráfico es tal que este empeño se vuelve en contra suya.

Es difícil avanzar mirando para atrás. Yo, como elector no votaría a ningún político que intentara defender la eficacia de su gestión argumentando que la oposición lo hizo igual de mal hace diez años, ni siquiera aunque lo dicho fuera cierto; pero aún le votaría menos si ese escamoteo de responsabilidades se apoyara en datos inciertos.

Eugenio Morales es concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid.