"Hay que hacer política a pie de calle"

Con sólo 28 años, Montserrat Reyes, abogada, ya ha tenido sillón en los principales órganos de dirección del partido. Estuvo en la ejecutiva federal que dirigió Joaquín Almunia, desde agosto de 1999 es secretaria de Comunicación y portavoz de la ejecutiva provincial de Málaga y también pertenece a la dirección de Torremolinos, donde es concejal. En el Gobierno de la Diputación de Málaga ocupa la cartera de Cultura y Manuel Chaves la acaba de incorporar a la ejecutiva regional, a cargo de la secretaría de Consumidores y Usuarios, de nueva creación.Pregunta. ¿No acumula demasiadas responsabilidades?

Respuesta. En mi trayectoria ha sido determinante el momento. El partido ha empezado a buscar una serie de perfiles que yo cumplía. Si creyera que existiera un sobre exceso que no pudiera asumir, lo diría y no lo asumiría. Evidentemente no estaré en la nueva ejecutiva provincial y tampoco debo estar en la de la agrupación de Torremolinos.

P. ¿Están realmente preparados los jóvenes para asumir tareas de dirección en el PSOE?

R. La gente joven está totalmente preparada y con ganas de trabajar y de asumir responsabilidades. Pero para dar seguridad conviene que en los equipos se mezcle experiencia y juventud. No hay falta de preparación, sí de experiencia. Hay una generación de gente que ha estado durante muchos años en el anonimato porque hubo una generación superior que asumió todo el poder. Muchas veces al partido le hace falta más ilusión que experiencia porque los ciudadanos están esperando que los ilusionemos y desean tener una visión positiva de la política. Creo que el ejemplo de la ejecutiva federal es perfecto, porque hay una mezcla de gente profesional de mediana edad que representa a la mayoría del espectro electoral, es muy importante que la gente se vea reflejada en quienes dirigen los partidos, que los vean como alguien normal, de la calle.

P. ¿Qué pasos debe dar el PSOE para generar esa ilusión?

R. En las elecciones generales llevábamos un programa muy bueno, que se preparó durante tres años con amplios grupos de trabajo en los que estaban representados muchos sectores ciudadanos. El problema del discurso es la credibilidad que se le dé, y a nosotros nos ha fallado la imagen. La gente cree a Rodríguez Zapatero porque es diferente, aunque los parámetros de su discurso ya existieran antes.

P. En los debates del pasado congreso regional hubo una constatación casi unánime de que pese a la última victoria electoral en las autonómicas el partido vive alejado de la realidad.

R. Hemos mantenido invariable una estructura de funcionamiento y de trabajo, y la gente ha pasado por encima de nosotros porque reclama otras formas de comunicación y de participación en la vida pública, la sociedad ha ido por delante nuestra. Es necesario crear nuevas fórmulas de funcionamiento en todas las escalas. Por ejemplo, las agrupaciones locales deben revisar su función y su relación con los colectivos ciudadanos. La preocupación real es lo cotidiano, bajar del discurso macro a hacer políticas a pie de calle, eso necesita un cambio de funcionamiento y de estructura.

P. Juventudes Socialistas se ha quejado de que el PSOE de Málaga ha perdido peso en los órganos de dirección regional.

R. No estoy de acuerdo, ha perdido a José Asenjo, que daba garantía porque es un líder que tiene alrededor a toda la provincia. Al desaparecer la secretaría de Política Institucional, en los próximos dos años la más importante es la secretaría de Municipal y esa sí la tenemos, y precisamente en Málaga tenemos que apostar por recuperar las grandes ciudades. También tenemos la secretaría de Ordenación del Territorio. De todas formas, el peso político lo tendremos que ganar con el trabajo en la ejecutiva.

P. Usted fue propuesta por Chaves como secretaria de Municipal y su delegación se opuso.

R. Puedo decir que hubiera renunciado a esa secretaría. Y no por no sentirme capacitada, sino porque su importancia requiere una dedicación total. Hay una persona como Rafael Centeno que era la apuesta de la delegación de Málaga. Fui yo la que le dije a mis compañeros que me parecía una barbaridad que yo tuviera esa responsabilidad.