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Tribuna:TENIS Final de la Copa Davis
Tribuna
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La carta en la manga del G-4

A la extraordinaria muestra de ingenio del G-4 de reservar a Àlex Corretja para cuando las cosas pudieran estar francamente peor correspondió ayer Albert Costa con un partido insuficiente, en el que luchó con esfuerzo, pero sin carácter, contra un niño antípoda de juego del todo asequible. Al leridano le temblaba hasta el alma mientras que Lleyton Hewitt compensaba con tozuda ilusión que la eliminatoria se jugara en el planeta tierra.Los dos individuales de ayer fueron muy diferentes, aunque sirvieran para dejar en ex aequo la primera jornada.

El inicial fue un duelo de clase de tropa, mayormente dedicado a pasar la pelota por encima de la red, en la esperanza de que el Espíritu Santo tuviera alguna preferencia. El segundo, entre un oficial de la caballería australiana de la que se batió en Gallipoli y el jefe de una unidad motorizada española, tuvo todo el drama del combate de dos mentalidades convictas y confesas de su derecho intangible a la victoria.

Carácter era lo que circulaba a raudales por la pista. Y, cuando Pat Rafter abandonaba, ya desarzonado tanto por un contagio masivo de calambres como por el esfuerzo de concentración que exigía el bote premeditado y eterno de la bola, concedía la más honorable de las derrotas ante un adversario, Juan Carlos Ferrero, que no tenía la más mínima intención de bajarse de la moto.

Las raquetas siguen en alto para las dos jornadas que nos restan, pero el hecho de que los aussies, después de ganar 27 veces la jofaina de plata del Sr. Davis, hayan tenido que bajar al piso para tratar de hacerlo una vez más debería conceder a los representantes de la Unión Europea una notable ventaja. Los españoles nacieron acostumbrados a jugar con los pies en el suelo. Realismo y convicción no están reñidos porque hay derecho a creer que se es el mejor cuando se es capaz de demostrarlo.

Por ello, el doble no tiene que estar perdido de antemano y, sea como fuere, el domingo la poderosa carta en la manga del G-4 tendrá la oportunidad de demostrar por qué Corretja estuvo en el pasado Masters, donde ganó a Hewitt, y Rafter no fue invitado. A Ferrero le da igual quien tenga delante.

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