Llamazares niega toda credibilidad a un posible acuerdo de gobierno con PNV y EA
Izquierda Unida se ha convertido, gracias a Xabier Arzalluz, presidente del PNV, en uno de los hipotéticos ejes de la situación política en el País Vasco. Éste comentó ante la dirección de su partido que las elecciones permitirán al PNV gobernar con EA e IU, a la que sólo habría que hacer "algunas concesiones" de carácter social. Pero Gaspar Llamazares, coordinador general de la coalición, no dio ayer la más mínima credibilidad a este supuesto. "No es creíble", dijo el nuevo líder de IU, ni desde el punto de vista aritmético -sólo las encuestas más optimistas para los nacionalistas auguran ese resultado- ni desde el punto de vista político, porque el PNV e IU están separados por demasiadas cosas en cuanto a la estrategia de pacificación y la política social como para que se les pueda imaginar juntos en un Gobierno.
Llamazares interpreta esta jugada de Arzalluz como un guiño en dos direcciones: para tranquilizar a los dirigentes del PNV que dudan de la estrategia seguida y para lanzar un "aviso a navegantes" a los socialistas vascos. Arzalluz advierte al PSE de que puede quedarse fuera de juego si continúa con su estrategia de "seguidismo" del PP.
El líder de IU se sorprende además de que sea la coalición la que deba justificar su posible alianza con el PNV, cuando jamás han gobernado juntos, y sí lo hizo el PSE durante 12 años. El PP, recuerda Llamazares, estableció un acuerdo muy sólido en la anterior legislatura que permitió que los nacionalistas votaran a favor de la investidura de José María Aznar en 1996.
Sin embargo, las sospechas de que ese pacto PNV-IU es posible, algo que auguran sobre todo los socialistas vascos, nace de la trayectoria de la coalición desde que, antes de que ETA declarara su tregua, los nacionalistas entraron en la llamada "estrategia soberanista". IU, que en Euskadi se llama Ezker Batua, se sumó desde el principio al Pacto de Lizarra y su polémico líder, Javier Madrazo -que ayer asumió las tesis de Llamazares sin hacer puntualizaciones para no polemizar-, hace comentarios críticos con respecto a la actuación del PP que suelen estar en sintonía con los que se suelen realizar desde el PNV.
Además, el pacto PNV-IU para cambiar la ley electoral del País Vasco, de forma que queda casi garantizado que la coalición no desaparecerá del Parlamento vasco aunque pierda votos, hace crecer las sospechas sobre un posible acuerdo. Llamazares desmintió ayer esa posibilidad, y dijo que esa polémica modificación de la ley no condicionará la trayectoria de IU, porque surgió fruto de las "necesidades compartidas" de ambos partidos, ya que al PNV le interesa que haya muchas fuerzas representadas en el Parlamento.
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