Calderón
El señor Vicenç Villatoro confunde la opinión con los hechos. Como él dice en un artículo publicado en estas páginas el pasado domingo, a él no le gustaron los dos recientes montajes de obras de Calderón en Barcelona; pero eso no quiere decir que no pudieran ser magníficos a otros ojos (a mí así me lo pareció el de Calixto Bieito). Acumulando luego juicios erróneos sobre el conjunto de la obra del dramaturgo, concluye que Calderón "no funciona", que Calderón no es un "clásico".Le recomiendo, por ejemplo, la lectura de sus deliciosas comedias de enredo (con estupendas damas tracistas) o de un drama mitológico espléndido como Eco y Narciso, en el que Calderón defiende la absoluta necesidad del conocimiento, del saber para que el ser humano pueda ser dueño de su destino; todas estas obras nada tienen que ver con la ideología o la simplificación de asuntos que le atribuye.
No obstante, agradezco mucho la publicación de este artículo porque ha conseguido indignarme este domingo de diciembre de 2000 por unos juicios erróneos e injustos sobre Calderón. Da mucho gusto poder hacerlo por esta razón. Cordialmente.- . Catedrática de Literatura española de la UB.
