Unidad y físico contra el miedo
El equipo se siente convencido de no padecer el temblor español endémico en las grandes citas
"Estamos a punto. Moriremos en la pista si hace falta". Los cuatro componentes del equipo español de la Copa Davis no se cansan de repetir estas frases. Sin embargo, ¿será eso suficiente?, ¿o el peso de la presión acabará por convertir el fin de semana que debe instalarles en la gloria en su calvario? El factor psicológico, el carácter de los jugadores, tendrá una gran incidencia en el desarrollo de los partidos. Pero a dos días del inicio de la final, al equipo español se le ve tranquilo, convencido de que no le va a afectar el endémico temblor de piernas que acostumbra a paralizar a los deportistas nacionales en los momentos de la verdad. No ven motivos para inquietarse. "La unidad del equipo y el excelente momento físico de nuestros jugadores nos da fuerza psicológica", comenta Josep Perlas, miembro del G-4.La presión ya está ahí. Los entrenamientos de los dos equipos en el Sant Jordi se han convertido en un mercado. Los operarios trabajan a marchas forzadas, las colas en la garita de las acreditaciones son más largas cada día, los patrocinadores mueven sus peones para sacar rendimiento a sus inversiones, el movimiento en la sala de prensa se multiplica, y los jugadores han pedido que se eviten las entrevistas personales.Y todo esto crecerá en proporción geométrica cuando comiencen los partidos.
"Sin duda, hay presión", analiza Inma Puig, psicóloga dedicada desde hace muchos años al tenis. "Pero esta presión puede vivirse como una amenaza, sintiendo el peso de un puño en la espalda, o como un reto, notando que este mismo puño te empuja.Y creo que, en este caso, los jugadores españoles viven la final como un privilegio, sabiendo que es una ocasión única y que deben disfrutarla. Para ellos, la final debe ser una fiesta. Es la única forma de ganarla".
Conseguir eso no es nada sencillo. Cuando Johan Cruyff les dijo lo mismo a sus jugadores en Wembley antes de la final de la Copa de Europa de 1992, todo el mundo le creyó. Y el Barça ganó. Entonces, el Barça era un dream team. Ahora lo es el equipo de Copa Davis. "Lo básico para ganar la Ensaladera es que el equipo esté muy unido", asegura Perlas. "Y lo está. No es necesario que lo pregonemos. Ayer mismo, los jugadores se reunieron todos en una habitación antes de irse a descansar. Son amigos. Y entre todos formamos una piña".
Más que esa unión, lo que resulta crucial es la consecuencia directa de ella. "Sí. Hay una sensación de autenticidad entre todos ellos", prosigue Inma Puig. "Da la impresión de que todos creen en los demás: cada uno está convencido de que su compañero es capaz de hacerlo tan bien como él. Y los capitanes confían en todos por igual.Todo eso da tranquilidad y confianza. Cuanto mejor estén internamente, más rendirán".
Hay otro aspecto fundamental: la condición física. "Para mí una buena condición física es básica para tener la mente clara y mantener la fortaleza psicológica", argumenta Ángel Ruiz Cotorro, médico del equipo. "Los cuatro jugadores españoles han llegado a esta cita en unas condiciones óptimas. Todas las pruebas y análisis que les hemos estado realizando detectan un buen estado orgánico, y un nivel de fatiga muy correcto, impropio de un final de temporada para un deportista de élite. Su capacidad de sufrimiento es alta. Saben que están en el último examen. Cuando lo acaben probablemente se derrumbarán físicamente".
La cuestión es que aguanten, que Corretja, Costa, Ferrero y Balcells, y los cuatro técnicos del G-4, soporten la última embestida, sólo hasta el domingo por la tarde. "Que nadie lo dude", concluye Perlas. "Todos sabemos lo que nos jugamos en tres días, y nadie quiere fallar. Los jugadores tendrán presión, pero están acostumbrados a soportarla. Ya lo han demostrado en muchas otras ocasiones".
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