Traje sinfónico
Inspiración árabe
25 aniversario
Al Tall, Unió Musical de Torrent dirigida por Vicente Enguídanos y artistas invitados. Auditori de Torrent, 1 de diciembre de 2000.
¡Veinticinco años en el tajo y todavía uno ha de entrar en calor para dar lo mejor de sí! Así es la vida del artista, así es la historia de Al Tall, una banda que reunió anoche y anteanoche sus mejores pertrechos para celebrar el veinticinco aniversario de un nacimiento que coincidió con el final de la dictadura. Espléndidas razones para jugársela sobre un escenario como ha hecho el grupo que dirige el incombustible Vicent Torrent. "Hay cables por todos los lados", decía éste, entre divertido e incómodo. Hacer una grabación en vivo tiene sus complicaciones. Hacerlo con ciento veinte músicos tiene un punto de locura. Casi no cabía tanta gente sobre el escenario del Auditori torrentí y todo el mundo estaba nervioso. Se notó en el arranque, que fue tímido por parte de la Unió Musical y también por parte de Vicent Torrent, que cantó Sa mort d'En Colomer, la pieza que el grupo grabara en su día con la Bonet, con un extraño deje belcantista sin duda inducido por el contexto sinfónico del evento.Engrasar una maquinaria en la que intervienen profusión de metales, cuerdas convencionales, instrumentos étnicos, así como batería, bajo eléctrico, acordeón y teclados electrónicos de tanto en tanto, además de cantantes, no es cosa sencilla. Las bandas valencianas no están acostumbradas a trabajar con voces y mucho menos con música folk. La de Torrent se ha tenido que poner las pilas para afrontar el reto tanto como Al Tall. Así que costó entrar en calor, pero una vez introducidos todos en el pasaje de Quan el mal ve d'Almansa, el álbum clásico del grupo, empezaron los momentos estelares, con el Romanç de Cec y el Cant dels Maulets enriquecidos en su fuerza por los vientos de la orquesta. La adhesión de Miquel Gil, una de las voces fundacionales de Al Tall que después abandonó la formación, hizo constatar lo bien que le sentaba y sienta al grupo esa voz desgarrada y vibrante.
Con leves pinceladas metálicas de apoyo casi a pelo, llegó el canto de albaes a cargo de artistas tradicionales invitados y hay que dar fe de que no hace falta ser un hincha de este canto autóctono para ser impresionado por las voces de Teresa Segarra y Apa, en especial éste último, capaz de poner la piel de gallina al más pintado. Con el Ball de Torrent, rearreglado en sus ritmos rotos originales para la ocasión, se lució la banda en la segunda parte, pero, seamos subjetivos, lo más impactante del menú fue la Epistola a un amic, con letra del poeta Ibn Amira hecha a propósito de la ocupación de Valencia por el rey Jaume I, y la marcha mora de Xavier el Coixo. Fueron sin duda las piezas originales de Al Tall a las que mejor les sienta el nuevo traje sinfónico, tal vez por su inspiración árabe: dos hits potenciales de las listas folk o de la calle en fiesta. Lo comprobaremos cuando, una vez hechas las selecciones y limpiezas pertinentes en el estudio, aparezca el álbum.
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