La nueva dirección de Izquierda Unida refrenda a Llamazares con un 80% de apoyo

El Consejo Político Federal de Izquierda Unida, su máximo órgano, propuso ayer, en su primera reunión tras la Asamblea de octubre, un escenario de unidad, al menos aparente. Los dos grupos mayoritarios, dirigidos por el nuevo coordinador general, Gaspar Llamazares, y el secretario general del PCE, Francisco Frutos, unieron sus fuerzas, lo que supuso para Llamazares un 80% de apoyos en el día de su refrendo. El líder de IU, que ganó la Asamblea a Frutos por sólo 26 votos, logra así una legitimidad mayor tras integrar a los tres grandes sectores.

El proceso de sucesión en IU reproduce muchos aspectos de lo que sucedió en el PSOE el pasado julio. Allí, José Luis Rodríguez Zapatero ganó por nueve votos, pero al día siguiente logró que una Ejecutiva hecha a su medida aunque integrando a casi todos los sectores obtuviera el 90% de apoyos.Los tiempos en IU son distintos. Por eso, en vez de diseñar la ejecutiva -que allí se llama permanente- en una larguísima noche y votarla al día siguiente, la coalición se toma un mes. Llamazares ha logrado pergeñar una dirección en la que tiene una mayoría sólida, aunque también una nutrida representación de los que apoyaron a Frutos y del sector crítico, dirigido por Ángeles Maestro.

Esa dirección se votó ayer. De los 102 miembros del Consejo Político presentes -en total son 167- votaron a favor de ella 84 personas. Siete en contra y 11 en blanco. Un 82% de apoyo. Cifras muy similares a las que obtuvo el coordinador general, que ayer tenía que ser refrendado porque durante la Asamblea lo eligió la mitad del Consejo Político: 75 personas.

A partir de ahora, y con estas cifras tan aplastantes -ese 20% discrepante es inédito en IU y ayer Llamazares lo definió irónicamente como una "corrección técnica"- la incógnita está en saber si esa aparente unidad se traslada al trabajo diario. Algunos dirigentes, especialmente del sector de Frutos, reconocen que será muy difícil recuperar la confianza mutua después de que el ambiente interno en IU se haya convertido, en los últimos meses, en irrespirable. De momento, Frutos prefiere mantener un discreto silencio -ayer no habló- y dar un margen de confianza al nuevo coordinador general.

Llamazares elaboró un discurso posibilista, centrado en la crisis del País Vasco. Y explicó que, si uno de los problemas de IU ha sido la "manipulación" de los medios, hay que evitarla dando mensajes claros. "Nadie nos entendería si ahora dijéramos que hay que hablar con ETA", comentó. Por eso, el coordinador general defiende que se debe apostar primero por la recuperación del diálogo entre todas las fuerzas democráticas, excluyendo a HB. Si llegara una nueva tregua de ETA, se podrían retomar las conversaciones con HB, y defender, como ha hecho siempre IU, el derecho de autodeterminación.

El otro eje del discurso será el rechazo a ETA, que marca una estrategia de "ulsterización del País Vasco", pero sobre todo a la línea dura que ha marcado el PP en este asunto. El presidente del Gobierno, José María Aznar, está utilizando la ofensiva terrorista, según Llamazares, para hacer una "relectura del modelo constitucional en sentido centralista y unitario negando la pluralidad de los pueblos".

Además de criticar a Aznar su negativa al diálogo con el PNV y el escaso respeto que, dice, ha demostrado con los que no están de acuerdo con la línea que promueve -citó el ejemplo de los ataques al PSOE-, Llamazares reprocha al PP la interpretación "regresiva y retrógrada" que hace de una Constitución que en su momento no apoyó y que nació fruto del "sacrificio de la izquierda y del realismo de una parte de la derecha".