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LA OFENSIVA TERRORISTA

Miles de manifestantes agradecen en San Sebastián el apoyo de Lluch a los vascos

Una manifestación que reunió a todas las fuerzas políticas, salvo HB, aglutinó ayer a varios miles de personas en las calles de San Sebastián como muestra de agradecimiento por la dedicación y el apoyo que Ernest Lluch prestó al País Vasco y a sus ciudadanos. Un silencio reverencial acompañó a esta gran movilización que recorrió el centro de la capital guipuzcoana, tan querida para el político catalán, sin un solo grito, tan sólo el lema de la pancarta: "Basta ya. ETA no". El manifiesto leído al final proclamó que "la Euskadi plural y mestiza, la de los ciudadanos, está en pie".

Silencio civilizado bajo un tiempo inclemente. Éste fue el escenario en el que Euskadi, y particularmente San Sebastián, la ciudad vasca de sus preferencias, en la que invertía sus horas de ocio, despidió a Ernest Lluch, un político catalán adoptado en Euskadi por sus innumerables amigos vascos, que se repartían en todas las fuerzas del espectro político. Dirigentes de todos los partidos democráticos se alinearon tras la pancarta que abría la marcha y que partió del Ayuntamiento de San Sebastián, en los Jardines de Alderdi Eder, para recorrer el centro de la ciudad hasta terminar en el Boulevard, un recorrido de unos dos kilómetros de longitud. Tras ellos, en un segundo plano, desfiló la representación del Gobierno vasco, con la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, a la cabeza.

Abrían el recorrido los representantes de los socialistas vascos, compañeros de partido del ex ministro asesinado, entre ellos el secretario general del PSE, Nicolás Redondo; su número dos, Jesús Egiguren, y el secretario de los socialistas guipuzcoanos, Manuel Huertas. Junto a ellos portaban la pancarta el presidente del Partido Popular en Euskadi, Carlos Iturgaiz; el presidente de la ejecutiva provincial del PNV, Juan María Juaristi; la presidenta de Eusko Alkartasuna, Begoña Errazti, y el coordinador vasco de IU, Javier Madrazo, así como el secretario general de UGT de Euskadi, Carlos Trevilla; su homólogo de CCOO, Josu Oanindi, y el máximo responsable del sindicato nacionalista ELA, José Elorrieta.

Ni un grito

Al inicio de la marcha, miles de personas se congregaron junto a Alderdi Eder y la calle Hernani y se fueron incorporando tras la cabecera, protegida por un importante cordón de seguridad. Ni un grito, ni un solo incidente, alteraron la normalidad de una manifestación inusual en esta época que reunió después de mucho tiempo en las mismas filas a seguidores de todas las formaciones políticas que se oponen a la violencia de ETA.La representación institucional se colocó en un segundo plano, después de la cabecera de la marcha, y en ella se aglutinaron, junto a Zenarruzabeitia, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, y los consejeros de Transportes, Álvaro Amann; Ordenación del Territorio, Patxi Ormazábal, y Agricultura y Pesca, Iñaki Gerenabarrena. A su lado marcharon, entre otros, el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa; el portavoz del PNV, Joseba Egibar; el presidente de los socialistas vascos, Txiki Benegas; el secretario general de EA, Gorka Knörr, y la europarlamentaria socialista Rosa Díez. Todos coincidieron en definir al político catalán asesinado como un "demócrata, un antifranquista y un intelectual".

Un manifiesto leído al finalizar la marcha, en el Boulevard donostiarra, proclamó el compromiso de todos los presentes en la defensa de las libertades, así como de "no ceder a la amenaza". El texto, leído por el responsable de los socialistas guipuzcoanos, Manuel Huertas, proclamaba que "la Euskadi plural y mestiza, la de los ciudadanos, está en pie, y está dispuesta a ejercer hasta el final su derecho a la ciudadanía, y a luchar por todo aquello que hace posible la existencia de una sociedad democrática".

A renglón seguido, el manifiesto abogaba por que "los apologistas del terror, los que auspician y amparan las acciones de ETA, sientan el desprecio y la repugnancia que en la inmensa mayoría de la sociedad vasca causan sus viles conductas".

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