Ruiz reclama a los políticos que dejen de lado las estrategias partidistas en el homenaje a Lluch

La emoción empañó los ojos de Vicent Soler al final de sus palabras y los aplausos arrancaron espontáneamente en la multitud que acudió ayer al acto de homenaje a Ernest Lluch convocado por la Universidad de Valencia. Su rector, Pedro Ruiz, reclamó a todos los presentes -entre los que se encontraba la clase política en pleno- que se dejasen de "conmemoraciones triunfalistas, de estrategias partidistas y de actitudes que sólo contribuyen a dividir a los demócratas". Entre el numeroso público destacó la actitud de Eduardo Zaplana, que acudió como ciudadano.

Las lágrimas, contenidas unas y otras no, los aplausos espontáneos y los abrazos de afecto colocaron ayer a los políticos y a los fríos profesores de Universidad en el lado más humano. Una humanidad que desbordó en los emocionados Vicent Soler y Salvador Almenar, dos antiguos alumnos que tuvieron un maestro, en el sentido más amplio de la palabra, llamado Ernest Lluch.Vicent Soler, arropado por un silencio de respeto aplastante, recordó que el último artículo de Ernest Lluch estuvo dedicado al País Valenciano, "una tierra que amó hasta el último aliento de su vida". "Estoy convencido de que su último artículo fue el que afortunadamente pudo enviar a la redacción de EL PAÍS en Valencia antes de que nos lo arrebatasen los hijos de..., la gran crueldad". Soler, ex alumno y amigo, recordó que Lluch, "se implicó hasta la médula en la recuperación de la democracia y de la identidad de los valencianos", actuó como "un revulsivo intelectual".

Un revulsivo intelectual que, como manifestó el rector de la Universidad de Valencia, Pedro Ruiz, "es el tercero que afecta directamente al mundo universitario valenciano". Manuel Broseta, Francisco Tomás y Valiente y Ernest Lluch formaron parte de una generación de profesores que, con ideas muy diversas, se significaron en los años setenta por su oposición a la dictadura "cuando muy pocos profesores se atrevían a hacerlo", sentenció el rector.

La huella académica

Salvador Almenar hizo un llamamiento para que "los ciudadanos aprecien la importancia de Lluch en la modernización de los estudios de economía y de la Universidad de Valencia". Una actitud que hoy se extiende en todas las universidades valencianas y que estimuló el sentimiento de camaradería entre las docenas y docenas de antiguos alumnos de quien ejerció de profesor en la Facultad de Económicas de Valencia entre 1969 y 1975.El vicerrector de Cultura, Juli Peretó, fue el encargado de expresar oficialmente el rechazo y la condena al atentado de toda la comunidad universitaria y enfatizó: "Su asesinato es un ataque frontal contra las libertades que defendió".

El acto de homenaje a Ernest Lluch terminó, probablemente, como él hubiese deseado: un reconocimiento en forma de aplauso -larguísimo- al profesor y el silencio y la calma ordenada de los congregados de regreso a sus hogares.

Previamente al acto organizado por la Universidad de Valencia, por la mañana, un centenar de personas, entre miembros del Consell, funcionarios y ciudadanos, se concentró ante las puertas del Palau de la Generalitat para guardar cinco minutos de silencio como acto de repulsa por el asesinato del ex ministro. El vicepresidente segundo del Consell, José Joaquín Ripoll, que presidió la concentración, destacó que la misma "quiere ser el clamor de todo el pueblo en contra de hechos criminales que lo único que pretenden es enturbiar, entorpecer y torpedear nuestra vida en paz y en libertad". Ripoll recordó que Lluch hizo "un servicio a la sociedad durante mucho tiempo" y añadió que su muerte "es tan importante como cualquier otra de las que han ocurrido en estos ya demasiados años de terrorismo y de ataques directos y sistemáticos contra las instituciones".

Una concentración similar tuvo lugar a las puertas del Ayuntamiento de Valencia, después de que el pleno de la Corporación condenara el asesinato y trasladara la condolencia "a toda la familia socialista y todo el pueblo de Cataluña. La alcaldesa, Rita Barberá, que fue alumna de Lluch en la Facultad de Económicas, se refirió a su antiguo profesor como una persona plural y respetuosa, un hombre "entrañable y profundamente culto".

El Colegio de Economistas expresó también su dolor por la pérdida de Ernest Lluch que "dejó su huella personal en todos aquellos que tuvieron oportunidad de conocerle y fue, sin duda, un oasis de sabiduría en una época difícil".