Inseparables hasta el final
Los 'viejos' Malone y Stockton apuran sus días de gloria con los Jazz
El segundo encestador
Karl Malone y John Stockton pueden reflexionar sobre lo efímero de las glorias del mundo. Hace diez días estaban en la cresta de la ola, con los Jazz de Utah invictos y al borde de igualar su mejor marca inaugural de seis partidos triunfales. El de Salt Lake era el equipo de moda, sostenido por esos dos históricos. Pero los Heat volaron desde Miami, liberados por unas horas del debate político en Florida, y les chafaron aquel viernes la fiesta por 80-87. Los Jazz viajaron el martes a San Antonio y Tim Duncan y compañía les hicieron el segundo roto: 86-79. El peso de los años parecía insoportable. Pero el péndulo vuelve a estar en su lado. Dos nuevos partidos y dos victorias: la del sábado, por 45 puntos de diferencia, su segunda más alta, ante los Bulls de Chicago y con 26 puntos de Malone, recuperado de una mala racha encestadora.En el encuentro que rompió la racha de cinco victorias a punto estuvo de haber recuento en Salt Lake. A 15 segundos del final, Stockton tuvo en su manos el empate y la prórroga, pero no metió un triple. Los visitantes no desaprovecharon la ocasión. Malone marcó 21 puntos, por debajo de su media, y falló más de la cuenta. En el anterior, contra los Clippers, tampoco había estado fino, pero ese día la prórroga salvó a los Jazz.
En esos minutos extra contra el otro equipo de Los Ángeles, Malone tuvo ocasión de poner las cosas en su sitio: metió los ocho primeros puntos de los Jazz. A un aficionado que le había mortificado con que nunca ha alcanzado el anillo, el título, de la NBA le respondió: "Trabajo duro". Salt Lake no es el mejor sitio para un negro y, hace un par de años, Malone pensó poner tierra de por medio. Al final, se quedó en la ciudad de los mormones, con un contrato de 66,5 millones de dólares (más de 12.000 millones de pesetas) por cuatro años. El Lechero, como se le conoce, dice tener dos ambiciones: jugar toda su vida en un equipo y ganar un campeonato: "Lo uno depende de mí; lo otro, no".
Con 37 años, Malone está en su 16ª temporada en el desierto de Utah. Menos el anillo, lo ha conseguido todo junto al Gran Lago Salado: es el líder de los Jazz en puntos, rebotes y minutos. Dos veces ha sido elegido el jugador más valioso de la NBA. Contra los Heat desplazó a otro Malone, Moses, del segundo puesto en tiros libres transformados. Pronto va a superar los 31.419 puntos de Wilt Chamberlain para ser el segundo encestador, sólo por detrás de los 38.387 de Karem Abdul- Jabbar.El Lechero es el baloncestista que más veces, 11, ha estado en el primer equipo del All-Star. Precisamente, su relegación al segundo en febrero causó una minicrisis. Alegó una lesión y razones familiares para no acudir a la cita. Malone se arriesgó a una sanción y dio pábulo a todas las especulaciones sobre su frustración por la llegada de una generación que le dejaba en el banquillo. Al final, pasó por el aro, jugó tres minutos, no marcó, fuese y no hubo nada.
El que más se alegró de que Malone se bajara del burro fue Stockton. Malone y Stockton son como Daóiz y Velarde. Donde está el uno va el otro. Hace dos lunes fueron elegidos los mejores de la semana. El pivote considera como uno de los hitos de su vida deportiva la asistencia que recibió de su amigo, con la que Stockton batió el récord de la NBA. El escolta, un año mayor que Malone, lleva también un año más en Utah, donde brilla en la defensa. Con 75 kilos y 1,82 metros, el menudo y ágil Stockton corta y asiste como nadie.
Esta temporada concluye el contrato de Stockton, que quisiera prolongarlo un año más y llegar a jugar a los 40. Respetado y leal, está a punto de convertirse en el jugador que en más partidos ha defendido los mismos colores. "Se habla tanto de John y Karl, de que están perdiendo fuelle", dice Jerry Sloan, el entrenador; "tonterías: lo importante es que aún juegan".
Pese a lo que diga Sloan, los Jazz se están haciendo viejos: son el segundo equipo más veterano de la NBA, con 30,3 años de media, sólo superados por los Blazers.
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