La Real aparca sus traumas y se divierte El Numancia se mostró en Anoeta incapaz de dar dos pases seguidos

Para un equipo como la Real Sociedad, incapaz hasta la semana pasada de imaginar un regate, el gesto de Aranburu ilustra un cambio de actitud: el centrocampista donostiarra intentó una chilena en el área pequeña del Numancia. Le salió horrible, pero a nadie en Anoeta se le pasó por la cabeza mofarse de la pifia. Después de todo, la Real ganaba ya por 4-1 y había regalado a su maltratada afición todo el fútbol que venía reclamando desde hace meses. La Real se divirtió ante el Numancia, cuyo paso por San Sebastián abre varias incógnitas: ¿cómo pudo este equipo golear al Real Madrid?, ¿cuándo olvidaron sus jugadores pasarse el balón?, ¿y la autoestima? Mediada la primera mitad, el técnico del equipo soriano, Paco Herrera, se tapó los ojos con las manos y, después, toda la cara: ya había visto suficiente. Sus jugadores le imitaron.

El Numancia esparció por el césped montañas de indisciplina y dejación. Quizá fuera el efecto del gol recibido de madrugada (minuto dos), pero el conjunto soriano se descompuso con tal facilidad que la Real sólo tuvo que presionar en el centro del campo para robar cuantos balones quiso y encarar a una defensa nada numantina.