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Europa pide a la OMC permiso para imponer a EE UU una sanción de 800.000 millones

Bruselas sostiene que la nueva ley estadounidense de apoyo a la exportación es ilegal

La Comisión Europea pidió ayer a la Organización Mundial de Comercio (OMC) que le permita imponer sanciones comerciales contra Estados Unidos por valor de 4.043 millones de dólares (cerca de 800.000 millones de pesetas al cambio actual). Se trata de la primera vez que Europa pide sanciones, en lugar de compensaciones, contra el amigo americano y supone la cifra más alta de represalias comerciales jamás presentada ante la OMC. En caso de que el organismo multilateral de Ginebra apruebe la petición, las sanciones podrían entrar vigor en mayo próximo.

Último día hábil

El comisario europeo de Comercio Exterior, Pascal Lamy, subrayó ayer a través de su portavoz que la posición europea es "constructiva" y "un ejemplo a seguir". "En lugar de imponer sanciones de forma unilateral, hemos optado por pedir autorización a la OMC", destacó el portavoz. Otra muestra de buena voluntad: la Comisión no aplicará las sanciones hasta que Ginebra se haya pronunciado sobre la legalidad de la nueva versión de la ley norteamericana de ayudas fiscales a la exportación. Aprobada hace apenas dos días por el Congreso, la nueva ley también fue denunciada ayer por Bruselas ante la OMC.Los dos procesos quedan ahora en manos del organismo multilateral. Por un lado deberá pronunciarse sobre la petición de sanciones y por otro sobre la legalidad de la nueva ley americana. Europa ha pedido imponer aranceles adicionales por valor de 4.040 millones de dólares a productos de una larga lista provisional de 95 sectores, desde juguetes a aviones pasando por animales vivos, carne, cereales, azúcar, cuero, marroquinería, madera, algodón, lana, libros, cerámica, acero, aluminio, reactores nucleares, aviones, maquinaria eléctrica o juguetes.

La OMC puede aprobar, rechazar o reducir el montante de sanciones pedido por Europa, que equivale al total de subsidios financiados cada año por la administración americana a sus empresas exportadotas de acuerdo con las estimaciones de Bruselas. Organismos privados elevan ese coste hasta 23.000 millones de dólares (más de 4,4 billones de pesetas).

En paralelo, la OMC debe pronunciarse también sobre la nueva ley de ayudas aprobada por Estados Unidos y que acaba de obtener el visto bueno tanto del Senado como de la Cámara de Representantes. Bruselas estima que este segundo veredicto se conocerá en mayo del año que viene. En ese momento se aplicarán las sanciones pedidas por Europa en el montante que previamente haya acordado Ginebra.

La Comisión presentó ayer la petición de sanciones porque era el último día hábil para hacerlo de acuerdo con los procedimientos de la OMC. Pero el conflicto viene de muy atrás. Las primeras leyes de ayudas a la exportación entraron en vigor en los años setenta y ya entonces fueron contestadas por Europa. En 1981, el GATT declaró ilegal la ley vigente entonces, denominada DISC. La ley ahora en cuestión, la FSC (Foreign Sales Corporation, literalmente Corporación de Ventas al Extranjero) entró en vigor en 1984.Desde entonces, ambas partes intentaron alcanzar un acuerdo que nunca llegó y finalmente la UE decidió denunciarla en 1997. La OMC falló a favor de Europa el 8 de octubre de 1999 y ratificó esa decisión el 24 de febrero de este año dando de plazo a EE UU hasta el 1 de octubre para modificar las partes conflictivas de la ley.

La Comisión sostiene que la nueva ley, aprobada el pasado día 16 de este mes, sigue otorgando una cantidad "significativa de ayudas ilegales a más de la mitad de las exportaciones totales de Estados Unidos, en detrimento directo de las compañías europeas". Asimismo afirma que se mantiene hasta el año 2002 el actual sistema de ayudas pese a las decisiones y límites en el tiempo decididos por la OMC. "Es la OMC, y sólo la OMC, quien debe decidir sobre la compatibilidad de esos asuntos con las normas de la OMC", sostiene en una nota la Comisión Europea.

Pese a la violencia aparente del conflicto entre dos de los tres grandes bloques comerciales, Bruselas hizo especial hincapié en que quiere que el conflicto sea civilizado y se aleje de los parámetros de una guerra comercial clásica. Hace varias semanas, ambas partes acordaron las reglas de procedimiento que mantendrían en este caso y Bruselas asegura que las denuncias presentadas ayer respetan ese acuerdo: todo se está canalizando de acuerdo con las herramientas de arbitraje de que dispone la OMC.

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