La primera derrota en 1.250 partidos

Entre abucheos

Lanzar confeti al banquillo rival y bajar los pantalones a los árbitros forman parte del espectáculo tradicional de los Globetrotters. Y hacer juegos inconcebibles con la pelota para pasmo de la grada. Y ganar. Hasta el partido del lunes ante el equipo de Michigan State, campeón de la pasada liga universitaria de Estados Unidos. Los estudiantes derrotaron a los malabaristas por 72 a 68, ante la incredulidad de los 20.000 espectadores que ruidosamente llenaban las gradas del pabellón. "Aquí se ha hecho historia", comentó al final Manny Jackson, propietario y entrenador de los volatineros de Harlem. La última vez que perdieron los Globetrotters, hace 1.270 partidos, fue en un choque de 1995 en Viena con el All-Star de Kareem Abdul-Jabbar y eso tras una discutida decisión arbitral. Desde 1962 no caían ante un equipo universitario.Los Globetrotters atrajeron el año pasado a más de dos millones de paisanos a sus dos centenares largos de exhibiciones a lo largo y ancho de Estados Unidos. Dos equipos de baloncestistas pasean la camiseta blanca con bordes azules y los pantalones de barras y estrellas por charlotadas baloncestísticas que dejan a los espectadores felices y con la boca abierta, lo mismo en un pueblo del Medio Oeste que en el corazón de Europa. Pero también juegan partidos serios y para esas ocasiones el conjunto se forma con los jugadores más capaces de las dos ramas, todos con sólida experiencia en la liga universitaria.

Un equipo así fue el que se presentó el lunes en East Lansing para jugar contra los Spartans de Tom Izzo, un entrenador que sólo vive para el baloncesto y que no soporta la derrota ni al parchís. Los Globetrotters hicieron unas jugadas ligeras al principio, previa exhibición de malabarismos circenses en el calentamiento, y de inmediato pasaron a jugar en serio.

Al principio de la segunda parte iban ocho puntos por delante, para desazón de Izzo, cuya presión desde la banda colocó a los suyos por delante con un espectacular mate cuando aún quedaban más de 13 minutos de juego. A cuatro del final, un pabellón rebosante y entregado no daba crédito a sus ojos: los estudiantes dominaban por unos increíbles 13 puntos. Los Príncipes Payasos del baloncesto respondieron con un pressing por todo el campo y a punto estuvieron de resolver con una rutinaria victoria. Pero la noche era de los verdes Spartans, que iban 72-68 cuando sonó la bocina. Las gradas no tuvieron corazón y ofrecieron el insólito espectáculo de unos Globetrotters que se retiraron entre abucheos y gritos de que viven del cuento.Izzo no estaba para celebraciones. La liga universitaria ha empezado esta semana y su equipo no tiene la vítola de máximo favorito. Echó tal bronca a los chicos por casi dejar escapar una ventaja de trece puntos que uno de ellos, al final, en vez de celebrar una gesta que le asocia con Kareem Abdul-Jabbar, uno de los picos más altos en el Himalaya de la NBA, se dolía de un modo calvinista: "Lo que hemos sacado en limpio de este partido es que todavía tenemos mucho que mejorar".