España sigue convaleciente
El equipo de Camacho cae derrotado en los últimos minutos frente a una Holanda que también sigue en crisis
España continúa su difícil convalecencia tras su decepcionante actuación en la Eurocopa. Atrás ha quedado un equipo intrépido, tocado por la gracia, convencido de que estaba en algún tipo de misión futbolística. Era una selección de iluminados que ahora han bajado a tierra. A España le cuesta encontrar el hilo, definir de nuevo su juego, creer vehemente en algo. Es tiempo de crisis, lo mismo que en Holanda, cuya victoria no se debió a razones de superioridad futbolística. Simplemente aprovechó sus dos ocasiones en el segundo tiempo.Los dos equipos expusieron las razones de su estado actual. Viven un periodo de dudas, perfectamente expresadas en un juego deslavado, bastante mortecino, sin la expresividad que tradicionalmente se asocia al fútbol de holandeses y españoles. Han salido tocados de la Eurocopa, y se nota. No fue extraño, por tanto, que el partido abundara en lo táctico, con los jugadores más preocupados de cumplir las obligaciones que de tomar riesgos. Holanda tuvo la virtud de sobreponerse a un momento difícil, tras el gol de Hierro. Superada por España en el arranque del segundo tiempo, explotó la condición de Hasselbaink como goleador y el desconcierto que provocó en las filas de Camacho la expulsión de Hierro, imprudente en una acción que desvirtuó su excelente partido. España se cayó a trozos, y Frank de Boer se aprovechó de la situación para cabecear el gol de la victoria.
ESPAÑA 1 HOLANDA 2
España: Casillas; Puyol (Manuel Pablo, m.55), Hierro, Abelardo, Sergi; Mendieta (Farinós, m.46), Xavi, Baraja (Guti, m.46), Luis Enrique (Paco, m. 79); Raúl (Munitis, m.46) y Urzaiz (Catanha, m.46).Holanda: Van der Sar; Reiziger, Frank de Boer, Kofland (Paawe, m.46), Bogarde (Melchot, m.77); Bosveld (Ricksen, m.88), Cocu (Bomme, m.46), Davis, Bruggink (Seedorf, m.58); Hasselbaink y Kluivert (Makaay, m.46). Goles: 1-0, M. 66 Hierro, de lanzamiento de falta. 1-1, M. 70 Hasselbaink de disparo cruzado. 1-2, M.85 Frank de Boer de cabeza. Árbitro: Domenico Messina. Roja directa a Hierro y Hasselbaink tras intercambiar una patada y un cabezazo. Amonestó a Xavi, Catanha y Bommel. Incidencias: Unos 30.000 aficionados en el estadio Olímpico de Sevilla. Antes del partido se realizó un homenaje a los atletas olímpicos y paralímpicos que acudieron a los Juegos de Sydney.
Camacho anda a la busca de una pareja de directores de orquesta. Sin Guardiola disponible, el seleccionador ha desestimado la idea de un medio de enganche, en beneficio del doble pivote. Valerón ha pagado su decepcionante prestación en la Eurocopa, Helguera no acaba de definir si es defensa o centrocampista y Gerard apunta a una posición extraña: delantero camuflado de mediocampista. Arquitecto no es, de ahí el ensayo de Camacho con Xavi y Baraja, dos jóvenes que pueden ser complementarios. Baraja es listo, cumplidor y tiene facilidad para sorprender en sus llegadas al área. Xavi es el cerebro ortodoxo, el último medio centro en la cadena de producción del Barça. A ellos correspondió dirigir el equipo en el primer tiempo, sin demasiado éxito.
El juego discurrió con pocos picos. Sólo Mendieta echó algo de carbón a la máquina. Siempre activo, con naturaleza que le impide caer en el desánimo, Mendieta empujó por la banda derecha, donde había grandes posibilidades de beneficiarse del dibujo holandés. Por ese lado, Bogarde era el único holandés para atacar y defender, con la venia de Van Gaal, cuya confianza en el ex jugador del Barça es conmovedora.
Mendieta sacó algún provecho de la soledad de Bogarde y del nervioso estado de Van der Saar, que se ha ido a pique en los últimos tiempos. El portero holandés falló en las dos primeras intervenciones, preso de una desconfianza preocupante. Mendieta estuvo a punto de engañarle en una jugada que puso los pelos de punta a los defensas holandeses. El aviso no tuvo mayores consecuencias. Los dos equipos se acomodaron en un juego de pocos riesgos, bastante mecánico.
Las ocasiones llegaron por una mera cuestión estadística. En cualquier partido, hay tres o cuatro oportunidades. Raúl se adelantó a Van der Saar y envió fuera un cabezazo; Puyol no convirtió un tiro que le sacó el portero holandés; Davids sacó en la raya de gol un remate de Urzaiz. Casillas pasó inadvertido en el primer tiempo. Holanda estaba tiesa.
Los cambios en el segundo tiempo obraron a favor de la intensidad del partido, que se enredó notablemente. Durante un buen trecho, Guti jugó con inteligencia y clase. A través suyo, España ganó metros y puso en aprietos a los defensas holandeses. El tanto de Hierro -un espléndido tiro libre- puso fin al mejor periodo de la selección, que puso al descubierto algunos de los viejos defectos de Holanda. Principalmente, su falta de consistencia defensiva.
La expulsión de Hierro tuvo un efecto desastroso sobre los españoles, que habían recibido la mala noticia del tanto de Hasselbaink. Gol a su manera: control, giro, remate y gol. España se salió definitivamente del partido. Perdió el oremus, sin capacidad para reorganizarse y jugar el encuentro que le convenía. Con mucha frialdad, Holanda terminó la faena en un cabezazo seco de Frank de Boer. No hubo más por el lado de la selección, presa de las dudas que le afectan desde la Eurocopa.
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