Zaplana sostiene que el Plan Hidrológico Nacional es "irreversible con consenso o sin él"
Eduardo Zaplana terció ayer en la polémica desatada en torno a las negociaciones sobre el Plan Hidrológico Nacional (PHN) y se alineó con la línea dura. Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, fue capaz de sugerir a un grupo de agricultores murcianos que las conversaciones al respecto serían "un paseo militar" y que el proyecto del Gobierno se aprobaría "por huevos". El presidente de la Generalitat dijo ayer que el PHN "es irreversible" y afirmó rotundo que la iniciativa del Gobierno "saldrá adelante con consenso o sin él".
Mariano Rajoy, vicepresidente primero del Gobierno, y Jaume Matas, ministro de Medio Ambiente se esforzaban por poner paños calientes a las declaraciones de Arias Cañete cuando Zaplana lanzaba otra carga de profundidad sobre el proceso de alegaciones abierto al proyecto del Gobierno.Zaplana acababa de dictar una conferencia en un seminario organizado por la Universidad de Valencia en la que instó a un joven auditorio a superar los debates "estériles" y "pueriles" que han minado el progreso de la Comunidad Valenciana en los últimos años -en alusión al problema de la lengua- pero renunció a las formas y cargó con virulencia contra los socialistas cuando fue interpelado por los periodistas sobre la oposición del gobierno aragonés al PHN.
"La voluntad del Gobierno es consensuar el proyecto y el debate no tendrá limitaciones", dijo, "ahora bien, si por consenso se entiende impedir que prospere una iniciativa del Gobierno y exigir que el criterio de la oposición prevalezca, esa postura no es una muestra de querer acercar posiciones y frente a eso el proyecto es irreversible". Zaplana siguió: "No podemos prescindir de un plan que distribuya los recursos hídricos por el mero hecho de que la oposición diga que no va a haber acuerdo". "El PHN saldrá adelante con consenso o sin él", remató.
El socialista José Bono, presidente de Castilla-La Mancha, que coincidió con Zaplana en el mismo seminario, expresó su oposición genérica a la política "grantrasvasista" y lamentó: "Algunos sólo son solidarios hidráulicamente hablando: ven el agua que le sobra al vecino, pero no miran sus niveles de renta". Bono denunció "el argumento testosterona", en alusión al ministro de Agricultura, para imponer un acuerdo y sugirió que revela el proceder del Gobierno, que invoca el consenso pero practica la imposición.
Joan Ignasi Pla, secretario general del PSPV, recordó que el desarrollo del plan puede prolongarse durante décadas y apeló a la sensatez y al consenso. Pla coincidió con Bono al señalar que la riqueza del Estado es indivisible y sugirió que el plan debe tener "una clara vocación de retroalimentar la solidaridad" de modo que las comunidades que cedan agua puedan contar con la contribución de los valencianos en otras materias.
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